En el reglamento comunitario, si un Estado miembro de forma reiterada incumple el déficit dentro del plazo establecido por Bruselas, tiene que ser sancionado. Sin embargo, el Ejecutivo comunitario no lo ha utilizado por el momento. La buena voluntad de los países ha primado hasta ahora y en un futuro cercano también será así.
Los comisarios de Asuntos económicos y monetarios, Pierre Moscovici, y el vicepresidente por el euro, Valdis Dombrovskis, han concluido que Francia, Bélgica e Italia, países que estaban bajo el punto de mira de Bruselas por sus excesivos déficits, tendrán más tiempo y no se les aplicará ninguna sanción. Sin embargo, ha alertado de que continúen las reformas estructurales y consoliden las finanzas públicas. No obstante, y a pesar de tener más tiempo Moscovici ha avisado que, pese a la moratoria, en 2017 París debe cumplir.
Por su parte, el Ejecutivo comunitario ha alertado de que España tiene desequilibrios macroeconómicos que precisan una «actuación decidida». Tras dejar de formar parte del programa de ayuda financiera en 2014 para recapitalizar sus entidades, actualmente está bajo supervisión post-rescate. Asimismo, Bruselas lamenta los altos «niveles de deuda pública y privada» y la baja inversión internacional en la economía española.
También, tal y como pidió en las previsiones de invierno, destaca que el gobierno de Mariano Rajoy debe dedicarse especialmente a luchar contra el desempleo. Y ha pedido una «actuación decidida para reducir el riesgo de que la economía española sufra efectos adversos, y dadas sus dimensiones, afecte a la unión económica y monetaria».
Aunque ha habido mejoras, «aún hay riesgos», ha explicado Moscovici y aplicar reformas necesariamente, porque España tiene hasta 2016 para llegar al 3%, aunque según las últimas previsiones del Ejecutivo comunitario no lo conseguirá. Y justo debe presentar los resultados después de un año electoral.