A partir del año que viene, los socios comunitarios deberán presentar sus cuentas nacionales a Bruselas antes de enviarlas a sus respectivos parlamentos. La Comisión europea y el Ecofín tendrán la última palabra para decidir si los presupuestos de cada Estado de la UE respetan las prioridades anuales que decidan los 27 y si cabe prever algún desequilibrio futuro.
Es el llamado «Semestre europeo», una idea del grupo especial de trabajo creado en la UE para evitar nuevas crisis del euro, con el que los 27 se autoimponen una normativa para reforzar la coordinación de sus políticas económicas y prever indicios de inestabilidad financiera en alguno de los socios.
Los Estados miembros deberán presentar en abril sus planes presupuestarios para el año siguiente, elaborados según las directrices que marque la propia UE, para que la Comisión y el Ecofin los examinen entre junio y julio de cada año. Si hay incoherencias o desequilibrios importantes, Bruselas introducirá las correcciones correspondientes,y sólo entonces podrán aprobarlos los parlamentos nacionales.
El presidente estable de la UE, Herman Van Rompuy, ha dicho que las autoridades europeas no entrarán en el detalle de las cuentas de cada Estado, sino que revisarán las grandes cifras sobre crecimiento, inflación o déficit y darán consejos estratégicos.
Sin acuerdo sobre la tasa bancaria
Los ministros de Finanzas han expresado también una opinión favorable a crear una tasa para que sean los bancos y no los contribuyentes los que se hagan cargo de futuras crisis. Pero no han llegado a consensuar cuánto dinero hay que recaudar ni qué se haría con lo recaudado.
La ministra española, Elena Salgado, ha dicho que «se pueden dedicar perfectamente esos fondos al presupuesto mientras no es necesario utilizarlos, pero se entiende que en el momento en que el sector financiero tenga una necesidad, el presupuesto acudirá en su ayuda puesto que previamente ha recaudado esta cantidad». España podría recaudar en 490 y 1.900 millones de euros con el nuevo impuesto. El comisario de Mercado Interior, Michel Barnier, dice estar preocupado porque se están creando en la UE diferentes tasas bancarias y ha defendido unas reglas comunes para los 27.
Tampoco ha habido acuerdo en la creación de una tasa que grave las transacciones financieras, como la tasa Tobin. España se opone por entender que puede acabar repercutiendo en los clientes, además de provocar deslocalizaciones.
Los ministros del Ecofin han ratificado el acuerdo de supervisión financiera, al que llegaron la presidencia belga de la UE y el Parlamento europeo. euroXpress