En una entrevista en la televisión portuguesa TVI24, el presidente del Eurogrupo ha pretendido cortar de raíz las noticias sobre un plan francés, o francoalemán, para llegar a una eurozona de dos velocidades, una integrada económica y políticamente, y otra, de incumplidores.
«Es una idea absurda», dijo Juncker, «que consiste en dividir la zona euro entre los virtuosos del Norte (aunque Alemania tiene más deuda que España) y el Sur no virtuoso. Es una arrogancia de la gente del Norte que piensa que el único problema lo tienen los países periféricos». No hay posibilidad de expulsar a ningún país de la eurozona. Juncker ha recordado que el tratado «no pone a nuestra disposición ningún instrumento que lo permita».
Desde la Comisión Europea también se ha salido rápidamente al paso de esas filtraciones, que consideran una forma de meter presión a países como Italia para que aceleren sus reformas. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha reiterado ahora que «una unión dividida no funcionará». Uno de los portavoces del ejecutivo comunitario ha respondido ante la veracidad de las informaciones: «Es importante no aceptar divisiones en nuestra Unión, incluso si la zona euro puede y debe avanzar con una integración más profunda».
En su entrevista, Juncker reconoció que Europa es lenta para tomar decisiones. Fue gráfico en la descripción: «Los mercados financieros reaccionan al segundo. Son personas que se sientan delante del ordenador en pantalones cortos, con su aire acondicionado en Nueva York y en un segundo deciden dar consejos a otros inversores. Nosotros somos un grupo de Estados democráticos y es necesario mucho más tiempo para tomar decisiones».