El comisario europeo no ha querido pronunciarse sobre la posibilidad de sancionar ya a ningún país y ha retrasado la decisión hasta enero. Ha señalado además que el nuevo sistema tiene un carácter preventivo, para que cuando Bruselas vea indicios de riesgo de desequilibrios, el Estado correspondiente pueda corregirlos.
Pero Rehn no resta importancia al mecanismo sancionador, que asegura que pondrá en marcha desde el primer día. «Nos da herramientas concretas, inmediatas y contundentes para garantizar la disciplina fiscal, estabilizar la economía europea y prevenir nuevas crisis».
Bélgica, Polonia, Hungría, Chipre y Malta ya recibieron una advertencia el pasado noviembre para que cumplieran la disciplina presupuestaria. Sus respectivos gobiernos han respondido y la Comisión Europea se da de plazo hasta el mes que viene para verificar si se han tomado medidas.
Las sanciones están principalmente pensadas para los países con déficit excesivo, de modo que el comisario de Asuntos Económicos no se ha mojado cuando se le ha preguntado si prevé sanciones contra España por el alto índice de desempleo. Rehn ha aclarado además que todavía la Eurocámara tiene que ratificar esta semana los indicadores que se utilizarán para sancionar los desequilibrios, entre los que está el paro.
Lo que sí se ha atrevido a decir es que el nuevo gobierno español tiene que hacer reformas: «Creo que es extremadamente lamentable que España tenga una tasa de paro por encima del 20%, lo que indica claramente la necesidad de una reforma estructural en el mercado de trabajo y otras medidas políticas para mejorar la empleabilidad de los ciudadanos españoles».