La Comisión Europea confía en el compromiso del gobierno húngaro para cambiar su ley de Medios de Comunicación, según las indicaciones de Bruselas, para adaptarla a la legislación comunitaria. La norma aprobada en Budapest provocó un escándalo internacional porque profesionales, instituciones y gobiernos consideran que establecía un férreo control sobre los periodistas y las empresas informativas.
El gobierno del derechista Viktor Orban, que dispone de una amplísima mayoría en el Parlamento, está dispuesto a retirar la exigencia de registrarse a todos los medios, incluidos páginas web y blogs, de dar una cobertura equilibrada a las informaciones de los servicios audiovisuales, también incluidos los blogs, y ahora lo limita a la radio y la televisión. Se cambian términos como provocar ofensa por discriminar, y se retira la posibilidad de imponer sanciones a los medios autorizados de otros Estados de la UE.
Son las cuestiones que Bruselas había considerado desproporcionadas en la ley húngara. Ahora, la comisaria Neelie Kroes dice que «vigilará de cerca la adopción de esas medidas y su posterior aplicación».
Algunos periodistas húngaros ya han cuestionado las modificaciones de la ley, porque entienden que el espíritu se mantiene, es decir, que los medios de comunicación son algo a limitar, regular o controlar. La asociación Reporteros sin Fronteras también expresa sus dudas y espera a ver el texto final de la ley, que se enmendará en un par de semanas.