«Estoy personalmente impresionada por la situación en la que al parecer grupos de personas han sido expulsadas de un Estado miembro únicamente porque pertenecen a una cierta minoría étnica. Pensaba que después de la segunda guerra mundial Europa no volvería a ver situaciones como esa» ha dicho la vicepresidenta de la Comisión Europea y responsable de Justicia, Viviane Reding al anunciar que propondrá a la CE que se abra expediente a Francia por las expulsiones de gitanos que se han llevado a cabo este verano.
La comisaria ha explicado que mantuvo una reunión formal con el ministro francés de inmigración, Eric Besson y el responsable de Asuntos Europeos, Pierre Lellouch en la que también estuvo presente la comisaria Malmström, y en la que recibieron garantías políticas de que ningún grupo étnico había sido discriminado. Más tarde se descubrió la existencia de una circular administrativa que contradecía lo dicho por los ministros en Bruselas. «Vista la importancia de la situación, no se trata de una afrenta menor. Después de 11 años de experiencia en la Comisión, diré más, es una vergüenza» ha dicho Viviane Reding y ha añadido «Mi paciencia se está acabando. Basta ya. Ningún Estado miembro puede esperar un tratamiento especial cuando los valores fundamentales y las leyes europeas están en juego.»
La comisaria ha asegurado que la Comisión iniciará un expediente de infracción contra Francia en dos semanas basándose en la aplicación discriminatoria de la Directiva de libre circulación de personas y en la falta de transposición a las leyes nacionales de las garantías que contempla esa Directiva. Ha insistido en que recomendará al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso que aplique un procedimiento «acelerado» dada la gravedad del caso. «La discriminación basada en el origen étnico o en la raza no cabe en Europa. Es incompatible con los valores en los que se funda la UE.» ha afirmado la comisaria que ha llegado a comprometerse personalmente «Ningún Estado miembro tiene derecho a esperar un trato especial cuando están en juego los valores fundamentales y el derecho de la UE. Hoy se aplica a Francia. Se aplicará de la misma manera a cualquier otro Estado miembro, grande o pequeño, que esté en una situación parecida. Me pueden creer.»