Hasta ahora la UE no toleraba ninguna presencia de organismos modificados genéticamente en las materias primas que se importan para la alimentación animal.
Se acaba de aprobar un acuerdo por el que se permite una presencia de 0,1%, considerando que esa cantidad equivale a un «cero técnico», la decisión fue avalada por el Comité Permanente de la Cadena Alimentaria, que está formado por expertos de todos los países miembros.
La Unión Europea importa enormes cantidades de materias primas destinadas a la alimentación animal. Entre 2008 y 2009 se importaron 4 millones de toneladas de maíz y 33 millones de toneladas de soja provenientes de Estados Unidos, Brasil y Argentina donde se cultiva el 80% de los transgénicos del mundo.
Según Greenpeace «los gobiernos europeos han cedido a las presiones de Estados Unidos. El peligro, ahora, es que el lobby favorable a los transgénicos va a intentar conseguir lo mismo para los productos destinados a la alimentación humana».