Brasil: a tres semanas del Mundial el sector turístico trabaja al 40%

Quien desee visitar las ciudades sede del Mundial a menos de tres semanas del inicio del evento podrá sorprenderse de la relativa facilidad con la que se consiguen pasajes o habitaciones de hotel. Resulta que el temor a los precios elevados, la desorganización y el caos logístico acabaron por espantar a los turistas «tradicionales» (no interesados en los partidos) y prácticamente pulverizar al turismo de negocios.
Estadio Maracaná
Estadio Maracaná

Quien desee visitar las ciudades sede del Mundial a menos de tres semanas del inicio del evento podrá sorprenderse de la relativa facilidad con la que se consiguen pasajes o habitaciones de hotel. Resulta que el temor a los precios elevados, la desorganización y el caos logístico acabaron por espantar a los turistas «tradicionales» (no interesados en los partidos) y prácticamente pulverizar al turismo de negocios. En medio de todo este revuelo las empresas están optando por postergar sus reuniones y los ejecutivos intentan no viajar y evitar así aglomerados aeropuertos propios de un evento de la envergadura de la Copa del Mundo.

Pero, aunque parezca mentira, toda esta «avalancha» de viajeros no es por el momento más que pura teoría. Hasta ahora se han vendido menos del 30% de los pasajes aéreos hacia las ciudades sede para el período del torneo (del 12 de junio al 13 de julio). Inclusive, los vuelos que llegan a Rio de Janeiro en las horas previas a la tan esperada final, se encuentran con un 70% de disponibilidad. Quizá lo más paradójico de toda esta situación es que el destino brasileño con mayor demanda de pasajes para junio sea Campina Grande, estado de Paraíba. La ciudad albergará la «Fiesta Junina», tradicional evento local que absolutamente nada tiene que ver ni con el fútbol ni con la Copa del Mundo.

La situación de la hotelería tampoco puede ser definida exactamente como «alentadora». El sector aun cuenta con un 45% de habitaciones disponibles. En Rio de Janeiro, Recife y Natal (tres ciudades con paradisíacas playas) el escenario es algo más esperanzador con un 80% de la capacidad ya reservada. En San Pablo, sede del partido inaugural (Brasil vs. Croacia), la ocupación se mantiene entre el 30% y 40%, lo que ha llevado a distintos establecimientos de la capital paulista a lanzar ofertas con tarifas promocionales.

Asociaciones del sector turístico aguardan un «boom» de última hora, especialmente después de finalizada la fase de grupos, momento en que se sabrá con exactitud en que ciudad jugará cada selección. De todas formas ningún operador espera que las reservas alcancen los niveles de fiestas brasileñas tradicionales como el Carnaval o las celebraciones de Año Nuevo.

Cada vez son más los que creen que el Mundial puede acabar siendo una decepción. Según números del Ministerio de Turismo unos 600.000 extranjeros llegarán a Brasil para presenciar el torneo, número similar a lo que sucede durante los meses de junio y julio de todos los años. Resulta que los turistas que viajan a la Copa acaban por desplazar a los viajeros tradicionales, «neutralizando» las eventuales ventajas que el evento podría acercar al sector. Situación similar a lo sucedido solo dos años atrás en los Juegos Olímpicos de Londres.

Posiblemente el premio consuelo sea el gasto por visitante. Proyecciones estiman que cada turista gastará un promedio de 5.500 dólares en Brasil durante el Mundial, mientras la media anual por viajero es de 4.000. Se trata de un ingreso «extra» de 900 millones de dólares. Sin dudas un número insignificante si se lo compara con los 12.000 millones de dólares que costó la organización de este evento, el Campeonato Mundial de Fútbol más caro de la historia.

*Santiago Pérez es Fundador y director deEquilibrioInternacional.com

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