España acusó el cansancio de los partidos precedentes. Los de Brasil plantearon un encuentro serio y anularon -en gran parte- el juego español, para esto repartieron estopa (patadas) a diestra y siniestra.
Nada más comenzar el encuentro la Diosa fortuna dejó claro de parte de quien estaba, estaba de parte de los anfitriones, de Brasil; fue, pues, que en una jugada embarullada -hubo penalti contra España, que el casero arbitro no pitó, esto hubiera anulado la jugada y hubiera obligado a lanzar un penalti a los de amarillo que, quién sabe, igual hubiera parado Casillas; bien, en este barullo en el minuto 2, Fred, desde es suelo consiguió batir a Casillas y colocar el uno a cero a favor del combinado nacional de Brasil.
Pudo Pedro empatar, pero David Luis saco justo debajo del larguero, en la misma raya, lo que hubiera equilibrado el encuentro. Mala suerte para España. Es exactamente después de esta clara ocasión española que Brasil vuelve a marcar y hace el dos a cero; o sea, que lo que pudo ser un empate en un momento paso a ser un contundente dos a cero contra España. El encargado de hacer el gol fue Neymar, de excelente zurdazo, en el minuto 44.
Nada más comenzar la segunda parte, los entregados, luchadores y casi desesperados por el ansia de ganar, jugadores brasileños marcaron el tercer gol por medio, nuevamente, de Fred. Tres a cero para los locales. ¡Loquitos de alegría!, los chicos.
El partido estaba sentenciado; sin embargo un penalti sobre Navas abría las puertas de una posible remontada para España; el penalti lo tiró Ramos, y lo tiró a tomar por el saco, lo falló, la pifió. Para más desgracias, Pique fue expulsado por una patada a Neymar quien se escapaba solo para encarar a Casillas.
España estaba, pues, con diez sobre el terreno de juego y con tres goles en contra que hacían las delicias de la afición brasileña, la cual ni se acordó por un instante de las miserias que están pasando muchos de sus compatriotas. Son así. Éstos se ponen ciegos con el fútbol...como otros con el vino.
Mereció algún gol España, pero la suerte no le sonrió en esta ocasión y deja para más adelante esta asignatura pendiente de la Copa Confederaciones, único título que falta en la vitrinas del combinado nacional.