Quienes apostaran dinero por la eliminación italiana y la clasificación griega después de la primera jornada eran tachados de poco menos que de ilusos. A día de hoy puede que sean millonarios, porque se han cumplido sus predicciones contra todo pronóstico tras una jornada apasionante y abierta hasta el último suspiro.

A Italia le valía con un empate ante Uruguay para seguir en Brasil. Prandelli lo confió todo al estilo que ha caracterizado históricamente a su selección y preparó un partido basado principalmente en la seguridad defensiva. La Celeste empleó todo su arsenal ofensivo para contrarrestarlo y al final se haría con la recompensa.

El partido tuvo absolutamente de todo. Empezó mejor Italia que, como siempre, se apoyaba en Pirlo a balón parado. De las botas del jugador de la Juventus saldría la primera acción peligrosa del partido, un libre directo que despejó Muslera. Los sudamericanos no se achantaban e iban ganando terreno progresivamente a la zaga europea. Poco a poco llegaron las ocasiones para ellos y lo hacían, en algún caso, por partida doble, como la que lideraron Luis Súarez y Lodeiro. El goleador del Liverpool era asistido por el segundo y no podía marcar ante la salida de Buffon. El rechace quedaba suelto y el propio Lodeiro se toparía de nuevo con el guante del meta italiano, salvador de su equipo durante los primeros cuarenta y cinco minutos.

Italia se repliega y llegan los problemas

Para cuando empezó la segunda parte, el técnico transalpino ya había tomado la decisión de retrasar más todavía a la Azzurra. Para ello quitó del terreno a Balotelli, que tenía tarjeta, y metió a un centrocampista, Parolo, dejando la faceta atacante casi en exclusividad para Immobile. Uruguay se crecía con los minutos y disfrutaba de ocasiones de gol como la del Cebolla Rodríguez, quien enfiló la portería contraria desde la banda izquierda y cruzó demasiado la pelota para desesperación de todo el país.

Se iban agotando las opciones y el tiempo para la doble campeona del Mundo. Sin embargo, una fea entrada de Marchisio sobre Ríos sería sancionada con la expulsión directa del '8' y dejaba con superioridad numérica a los celestes, que volvían a creer en la victoria a falta de media hora para la conclusión. Un remate franco de Luis Suárez siete minutos después así lo hacía entrever, pero reaccionó una vez más a tiempo Buffon. El Bota de Oro nos dejaría otra de las imágenes del encuentro, si no del campeonato, con un mordisco a Chiellini que hacía recordar al que le dio a Ivanovic durante un Liverpool – Chelsea de la temporada 2012/2013 de la Premier League. En la jugada posterior, Godín cabeceó al fondo de la red un saque de esquina botado por Ramírez. Un nuevo tanto del central del Atlético de Madrid a balón parado. Uno de los mejores, sin duda, sobre la faz del planeta en este ámbito. Esta vez no fue para decantar una Liga, pero sí para hacer de su selección una de las dieciséis mejores del Mundo.

Italia estaba eliminada y todos sus esfuerzos pasaron de ser defensivos a estar destinados a conseguir el tanto de la igualada. Pirlo no se iba a marchar sin probarlo y a punto estuvo de lograr el gol en una nueva falta que se marchó fuera por centímentros. Ni siquiera el veterano centrocampista evitó una nueva decepción azzurra, que queda eliminada por segunda edición consecutiva en la fase de grupos y no pisa unos octavos de final desde 2006, año en la que se proclamó campeona. Los uruguayos sí que se meten en dicha ronda y se medirán a Colombia por un puesto en cuartos. Un derbi con mucho morbo en un Mundial con claro acento latinoamericano.

Grecia se clasifica a su manera

Lo han vuelto a hacer. De nuevo de manera heroica. De nuevo cuando todo el mundo les daba por eliminados. De nuevo con un fútbol, en ocasiones, tan tacaño y simplón como resultadista. Con todo ello la selección helena repite éxito en una fase de grupos y se planta sin rubor en las eliminatorias de una competición de naciones.

Los europeos, todo sea dicho, fueron mucho mejores en el transcurso del partido. Durante el primer acto dominaron todos los aspectos del juego y se marcharían al descanso con una mínima ventaja, la que daba el tanto obtenido por Samaris tras de un error fatal de Tioté en el centro del campo. Antes, Holebas estrelló un balón en el larguero de la meta defendida por Boubacar y el guardameta tuvo que atajar un peligroso disparo de falta de Karagounis poco después.

El descanso dio un respiro a Costa de Marfil y los africanos buscaron rápidamente enmendar los fallos cometidos con anterioridad. Tioté y Salomón Kalou generaron dos ocasiones que pudieron suponer el empate, pero en el primer caso Glykos detuvo el esférico enviado desde la frontal del área y en el segundo el disparo con rosca se perdió a poca distancia del palo izquierdo. Entretanto, Grecia buscaba una sentencia que pudo ser una realidad de múltiples maneras. La ofensiva comenzó con una jugada personal de Lazaros, que con un muy buen amago se ganó el hueco para un remate demasiado cruzado. Al del Bolonia le acompañaría el capitán Karagounis con un misil destinado al larguero. Segundo balón a un poste para Grecia, que estaba perdonando y lo terminaría pagando muy caro.

Bony igualó la contienda a un cuarto de hora del final con un disparo raso desde dentro del área, haciendo fructificar el pase de Gervinho desde el interior de la misma. Los africanos, a los que les valía sumar un punto para estar en la siguiente ronda, estaban consiguiendo el pase hasta que Sio, en el tiempo añadido, derribó a Samaras dentro del área, posibilitando así la conversión desde los once metros del delantero centro del Celtic de Glasgow en la que sería la última acción del choque.

El combinado mediterráneo termina segundo del grupo C con 4 puntos, muy por detrás de Colombia. Se enfrentará a Costa Rica en los primeros octavos de final de un Mundial de su historia y tiene cumplido el objetivo con el que viajó a Brasil hace dos semanas.

Inglaterra, ya eliminada, no pasa del empate ante Costa Rica

La selección británica se despide del Mundial sin conocer la victoria y con tan solo un punto en su haber. Es el conseguido en el Mineirão ante Costa Rica, en un partido sin alicientes para los de Hodgson, quienes ya estaban fuera del torneo como consecuencia de sus derrotas previas ante Italia y Uruguay.

Encuentro divertido y disputado de poder a poder entre ambas selecciones. El técnico europeo dejó a Rooney y a Gerrard en el banquillo y dio luz verde a la titularidad de futbolistas menos habituales, como Lallana o Milner. Como su equipo ya estaba clasificado para los octavos de final, Luis Pinto sentó a Christian Bolaños, uno de sus referentes en el centro del campo, de cara al histórico encuentro ante Grecia.

Sturridge llevó la voz cantante del ataque inglés. Hasta de tres oportunidades disfrutó durante la primera mitad, pero sus disparos o se marchaban altos o eran bien repelidos por Keylor Navas. Los costarricenses también pudieron adelantarse en el electrónico alguna vez. Cuando más cerca lo tuvieron fue con un libre directo de Borges que entre Foster y el larguero despejaron.

En la segunda parte, predominio de los insulares. Muchas ocasiones para ellos que no llegaban a buen puerto porque Sturridge erraba una y otra vez en el momento justo de lanzar la pelota entre los tres palos. Salieron Rooney, Gerrard y Sterling con la firme intención de despedir el torneo de la manera más honrosa posible, pero no hubo manera de romper el 0-0 inicial.

Costa Rica remachó la campanada en el grupo D, el de la muerte, consiguiendo la primera plaza sin haber perdido un solo partido ante tres selecciones teóricamente superiores en calidad y experiencia. Los británicos acaban colistas.

Colombia prosigue su marcha triunfal

Nueva victoria del equipo de Pekerman (4-1) en el enfrentamiento con el que finalizaba su calendario de la primera fase en Brasil 2014. Los cafeteros tuvieron más pegada durante los noventa minutos y doblegaron a los asiáticos, que se jugaban el pase y estaban muy pendientes de los acontecimientos producidos en el Grecia – Costa de Marfil.

Con anterioridad al minuto 20 ya estaban por delante los amarillos. Un penalti claro de Konno sobre Ramos, de cuya conversión se encargaría Cuadrado, abría la lata y ponía en bandeja el liderato de grupo a los sudamericanos, que solo se les escaparía si Japón era capaz de darle la vuelta al marcador y los africanos se imponían a los helenos. La primera premisa estuvo en peligro gracias al gol de Okazaki antes del descanso. El '9' culminaba una buena internada de Honda por la banda diestra para poner a los nipones a un solo gol de ser segundos. Lo habían merecido los de Zaccheroni, quienes ya avisaron con anterioridad al cancerbero Ospina.

En los cuarenta y cinco minutos finales los colombianos sacaron el rodillo y fulminaron a su rival, pese a que éste continuaba creándole situaciones comprometidas. Diez después del descanso, Jackson Martínez otorgaba el éxito a una acción muy bien trenzada por sus compañeros con un lanzamiento cruzado que superaba a Kawashima. En el 82 repetiría el del Oporto tras una asistencia de James Rodríguez y sería este último quien redondeaba la goleada con un sutil toque que elevó la bola por encima del portero japonés.