Inmejorable arranque mundialista para Francia y para su referencia ofensiva, Karim Benzema. El punta, con dos dianas, presenta la candidatura de un combinado que está llamado a liderar el grupo E.

El encuentro estuvo dominado durante los noventa minutos por el conjunto francés. Durante los primeros compases del primer tiempo, Matuidi y Griezmann dispusieron de dos claras ocasiones que se toparon con el travesaño de la portería de Valladares. Los centroamericanos apenas ofrecían soluciones en ataque y se limitaban a defender el empate, pero los 'bleus' contuvieron los nervios sin perder la paciencia. Obtendrían su recompensa junto antes del descanso. Palacios cargó demasiado su cuerpo contra el de Pogba dentro del área y cometió un penalti claro que Benzema convertiría.

Monólogo francés en la segunda parte

Tras la vuelta de vestuarios, el plan del comandante Deschamps era claro: sentenciar cuanto antes a los hondureños y ahorrar energía para los partidos contra Suiza y Ecuador, que exigirán una marcha más a los galos. Benzema no haría prisioneros. El '10' cazó un buen envío al corazón del área de Cabaye y lo dirigió al palo largo. El esférico tocó en el poste y se paseó por la línea de gol hasta tocar en Valladares, que lo introdujo de manera fortuita convirtiéndose en el verdugo de una selección a la que él había mantenido con vida en la primera parte.

Siguió como una apisonadora la escuadra europea, que en ningún momento echó de menos a Frank Ribery. Matuidi y nuevamente Benzema tuvieron en sus botas el tercero, pero el primero se topó con el lateral de la red y el segundo con Valladares. Aparecería por enésima vez el delantero del Real Madrid, a quien, tras un rechace a un disparo de Evra, le caería muerta una pelota que terminaría alojada en el fondo de las mallas bajo su rúbrica.

Cómoda victoria de Francia, que ya se coloca en la cabeza de su grupo y encarrila el pase a octavos. Honduras, quizá el combinado más flojo de esta edición, cumplió el papel que de ella se esperaba, pero no generó ni una sola ocasión de gol que le diera salsa al enfrentamiento.

Seferovic se convierte en el héroe nacional suizo

Importante victoria de la selección suiza ante Ecuador. Un gol del jugador de la Real Sociedad en el minuto 93 daba el triunfo a la selección helvética ante el que es, presumiblemente, el rival con quien se jugará el segundo puesto del grupo.

No empezó nada bien la función para los muchachos de Hitzfeld. Una falta botada por Ayoví en la banda izquierda fue rematada con acierto por Valencia. Error defensivo de los rojos al no cubrir al delantero del Pachuca, que marcó a placer.

Resultado cruel el 0-1 para los centroeuropeos, que ya habían dispuesto de ocasiones por medio de jugadores de segunda línea, como Shaqiri o Xhaka. Incluso Ricardo Rodríguez, un joven lateral izquierdo de procedencia española, se había animado con un zapatazo que desvió Domínguez a saque de esquina. Las opciones de gol de Suiza no cesaban. Inler, antes del descanso, apunto estuvo de empatar desde fuera del área, desviando ligeramente su intento el guardameta ecuatoriano.

El gol que buscaban resultó estar escondido en el banquillo. Mehmedi sustituyó a Stocker en el descanso y la primera que tuvo la metió. Fue tras un córner botado por Rodríguez, cuya pelota esperaba el goleador en el primer palo. Se hacía justicia a lo ofrecido por ambas selecciones. Sin embargo, el empate no contentaba ni a unos ni a otros, puesto que así no obtenían ventaja alguna ante su mayor obstáculo en su camino a octavos de final.

Con ello en mente, ambos buscaron la victoria. Montero sería el primero en intentarlo, pero Benaglio despejaría a córner su tiro. Acto seguido, el colegiado anuló un gol legal de Drmic. El menudo delantero se encontraba adelantado a la defensa ecuatoriana cuando le llegó la pelota, pero ésta venía rebotada de Guagua, lo que le debería haber habilitado para fusilar a Domínguez.

En la recta final, a los de Hitzfeld se les veía más convencidos y más fuertes en el centro del campo. El trabajo en esa zona de Inler y Behrami otorgaba oportunidades de gol a los alpinos, como el 3x1 que desperdició Shaquiri contra el lateral de la red. Seferovic, sobre la bocina, transformaría el gol que aclara el futuro de su equipo en el Mundial. De nuevo Rodríguez, un martillo por el costado zurdo, sería el asistente con un pase raso utilizado por el 'killer' para reventar las telarañas de la portería contraria y las ilusiones de los millares de seguidores ecuatorianos que poblaron las gradas del Estadio Nacional.

Bosnia le sirvió crudo el debut a Argentina

En el último encuentro de la jornada, Argentina doblegó con muchas dificultades a la selección de Bosnia, que se estrenaba en un Mundial. Imagen de esperanza la que ofrecieron los jugadores balcánicos, muchos de los cuales comenzaron a darle patadas a un balón mientras su nación se desangraba en la guerra de Yugoslavia.

No se había cumplido el tercer minuto de juego cuando Kolasinac marcaba en su propia portería el gol que le daba ventaja a la Albiceleste. El defensa bosnio no acertó a despejar un saque de falta y es el tercer jugador en anotar en la meta equivocada en lo que va de campeonato, detrás de Marcelo y Valladares.

No decaerían los balcánicos. Un control de Hajrovic se fue demasiado largo y posibilitó que Romero despejara la pelota antes de que su rival le planteara el uno contra uno. Poco después, el cancerbero le ganaría la partida a Lulic en un cabezazo de éste a la salida de un saque de esquina.

Pero Messi se entonó. Gracias a una combinación con Higuaín en la zona de tres cuartos, Leo sorprendió a la zaga bosnia en la medialuna, desde donde lanzó al palo un esférico que terminaría convirtiéndose en el segundo gol de la selección dirigida por Sabella. Corría el 65.

Ibisevic, que comenzó el partido en el banquillo para sorpresa de propios y extraños, recortaría diferencias en el 84. Pase en profundidad de Lulic que deja solo al ex del Hoffenheim ante Romero, quien toca la bola pero no evita que se aloje en la red. Bosnia volvía al partido cuando los argentinos daban los tres puntos por conseguidos.

No tuvo ocasiones el equipo del Viejo Continente para empatar. Quiso llegar a la zona de peligro rival con el balón en el césped y no colgárselos a Ibisevic ni Dzeko. En esa situación, Mascherano y Rojo hicieron el resto, certificando la victoria de una selección argentina que no termina de enamorar.