«El fútbol es un deporte simple: 22 hombres corren detrás de un balón durante 90 minutos y, al final, los alemanes siempre ganan». Esta frase, una de las más conocidas en la historia del deporte, fue pronunciada por el genial delantero inglés Gary Lineker después de que Alemania eliminara a su país en las semifinales del Mundial de Italia de 1990, torneo en el que terminaría coronándose la selección germana días más tarde ante Argentina en la gran final. Final que se ha reeditado, 24 años después, en la otra punta del planeta, en el colosal Maracaná, pero con idénticos campeón y resultado.
En un partido en el que nada había que guardar, tuvo Joaquim Löw que prescindir de una pieza clave: Khedira. El mediocentro madridista no fue de la partida al lesionarse en el último instante y su posición fue ocupada por Kramer. Los argentinos, mayoritarios en la grada, vieron cómo Di María no se recuperaba a tiempo para el encuentro más importante de su carrera, pasando la responsabilidad ofensiva de la Albiceleste a Messi, Higuaín y Lavezzi.
Quienes auguraran una cómoda victoria teutona quedarían atónitos durante la primera media hora. Al poco del inicio, Higuaín estuvo muy cerca de adelantar a los suyos al beneficiarse de un rebote y disparar demasiado cruzado ante Neuer. El delantero del Nápoles también sería el protagonista de las dos acciones de peligro posteriores. En el 20, chutó directamente fuera en un mano a mano con el cancerbero alemán tras recibir la asistencia de cabeza de un centrocampista europeo. Después, sí que batió al meta contrario tras recibir un centro desde el costado derecho, pero en fuera de juego. Se percató Rizzoli y, auxiliado por el asistente, anuló el tanto.
La Mannschaft no reaccionó hasta el 36, momento en el que Schürrle, que había sustituido a Kramer tras un fuerte encontronazo de éste con Garay, firmaba el primer acercamiento serio de los germanos con un tiro desviado por Romero. Sin embargo, eran los sudamericanos los que rondaban el gol. En una nueva oportunidad, Messi arrancó desde la banda derecha y su intento individual fue repelido por Boateng bajo palos con un Neuer ya vencido.
El primer tiempo finalizó con un testarazo de Höwedes al palo en un saque de esquina que no pudo ser remachado por Müller por encontrarse en posición adelantada.
Misma tónica tras el descanso
La segunda parte no fue muy diferente a la primera. Salió Agüero por Lavezzi en el bando albiceleste y continuaron creando más peligro que los once hombres vestidos de blanco. Nada más regresar de los vestuarios, de nuevo Messi perdonó el 1-0 al rozar el poste izquierdo un balón pegado por él dentro del área. En el minuto 55 llegaría una de las jugadas polémicas del partido. Balón largo de la defensa argentina, Neuer sale a despejar y se lleva por delante a Higuaín. La falta, no obstante, es del '9' según el colegiado.
Sin tiempo para quejas y demás lloros, reapareció Messi para enviar fuera un chut con rosca desde la frontal. Un disparo raso de Kroos en el 81 que tampoco vio puerta fue lo único a destacar de Alemania en los segundos cuarenta y cinco minutos.
Götze se disfrazó de Iniesta
La necesidad de disputar una prórroga se hizo entonces evidente. La tercera para los de Sabella y la segunda para los bávaros en Brasil. Durante la primera parte de la misma, reparto de ocasiones entre ambos equipos. Romero volvió a evitar otra vez el gol de Schürrle y, en el otro extremo, una vaselina de Rodrigo Palacio superó al portero pero no iba dirigida entre los tres palos.
Sería en el minuto 113 cuando un chaval de Memmingen nacido en junio de 1992, criado en las categorías inferiores del Borussia Dortmund y actualmente futbolista del Bayern de Munich elevaría al olimpo del fútbol a la selección alemana y emulara al Andrés Iniesta de hace cuatro años. Su nombre, Mario Götze, ya es historia viva del fútbol. En la jugada intervienen los dos hombres más frescos sobre el verde: el propio Götze y Schürrle, a quienes Löw prefirió reservar de inicio para el desenlace. Cabalgada del atacante del Chelsea en la izquierda, encuentra hueco para el centro y se lo pone al héroe, que controla con el pecho y, desde el interior del área pequeña y libre de marca, supera de tiro cruzado a Romero.
Hizo de todo Argentina para lograr el empate pero fue en vano. Phillip Lahm terminó levantando el trofeo ante los ojos de Maracaná y Alemania vuelve a ser el rey del Mundo, situación que no se daba desde hace 24 años, completando de esta manera su póker particular tras los entorchazos conseguidos en 1954, 1974 y 1990. Es, además, el primer conjunto europeo en triunfar en suelo americano y el segundo que lo hace fuera del Viejo Continente, después del título español en Sudáfrica.
El Balón de Oro conseguido por Leo Messi no contentó a los millones de argentinos que siguieron la terminación del Mundial. Para ellos, ha sido todo un logro el haber vuelto a disputar un encuentro de semejantes características. Pero no basta. En Rusia volverán a la carga.