La llaman SkyTower y, sin querer, uno recuerda a la Torre de Babel con la que los hombres querían alcanzar el cielo, una muestra de su ambición de poder, de su deseo de estar por encima de todas las cosas.
SkyTower es el edificio que albergará la nueva sede del Banco Central Europeo (BCE) y está en Fráncfort del Meno (Alemania), a orillas del río Meno. Empezó a construirse en 2010 bajo la dirección del despacho de arquitectos Coop Himmel(b)lau que decidió recuperar el solar de doce hectáreas que ocupaba el Grossmarkthalle, el mercado de mayoristas de verduras y frutas de Fráncfort.
La obra consiste en dos torres gemelas, poligonales, unidas por un atrio de jardines colgantes, un edificio central formado por el espacio que correspondía al antiguo mercado y una entrada principal por la cara norte que conecta visualmente con los rascacielos. El conjunto, según la voluntad de los arquitectos, mantiene una estrecha relación con la ciudad y se adapta a ella manteniendo un diálogo espacial con los principales puntos de referencia urbanos de Fráncfort, como son la Alter Oper, el Museumsufer y el distrito bancario.
El rascacielos principal, que ya destaca en el perfil urbano de la ciudad, está formado por 2 torres poligonales destinadas a oficinas. La torre norte tiene 45 plantas y la sur, 43, con una altura total de 185 metros. El atrio acristalado que une las dos torres se inspira en el concepto de «ciudad vertical», en Babilonia, con plataformas de conexión y puentes que dan la sensación de ser calles y plazas colgantes.
Queda por colocar todo el revestimiento exterior y acondicionar el interior que albergará a más de 2.500 empleados. El traslado del Banco Central a la nueva sede se realizará el año que viene.
Una cara fantasía inspirada en Messi
Según el diario Der Spiegel, el arquitecto jefe, el vienés Wolf Dieter Prix, se ha inspirado en el juego rápido del FC Barcelona para levantar el nuevo edificio. Dieter Prix, antiguo camionero, ha confesado «no haber construido nada durante años» y hoy firma el edificio más importante de Europa.
El arquitecto ha contado al diario alemán que le gustaba la idea de «hacer su Messi particular». El proyecto del Banco Central Europeo, ha explicado el arquitecto, se creó de este modo: tras una serie de pases cortos, la agencia diseñó la forma general del edificio, es decir, un largo paralelepípedo rectangular retorcido. Tan sólo faltaba una pizca de locura, el instante de libertad total del pensamiento y del juego, «el minuto de Messi» dice Dieter Prix.
Entonces, se les ocurrió biselar el edificio de arriba a abajo, de elevar una mitad sobre otra, de retorcerla siguiendo su eje longitudinal y volverla a apoyar en el suelo. «Es clavado a Messi», afirma con entusiasmo Wolf Dieter Prix. El edificio será reconocible y serio pero con un toque de fantasía y ligereza.
Y ciertas fantasías, ya se sabe, tienen un precio.
En 2005, cuando se presentó el proyecto, el coste total de inversión se cifró en 850 millones de euros. A finales de 2012, el BCE había invertido aproximadamente 530 millones de euros en gastos de construcción y de adquisición del solar. Ahora, prevén que «los incrementos en el precio de los materiales y actividades de construcción desde 2005 supondrán un incremento del coste total de la inversión de 200 millones de euros».
Es más, la institución europea ya ha calculado otro «gasto extra de entre 100 y 150 millones de euros a causa de un cambio de licitación de la construcción y de imprevistos en el saneamiento del edificio». En total, el presupuesto se ha disparado un 41% desde el inicio de las obras y, previsiblemente, alcanzará los 1.200 millones de euros.
El aumento del presupuesto es casi una constante en este tipo de mega construcciones y los alemanes parecen acostumbrados a ello. Tanto, que ya han publicado «El libro negro del contribuyente», un registro de mala maneras en el que el primer puesto lo ocupa el nuevo aeropuerto de Berlín-Brandenburgo, que tras varios aplazamientos, no entrará en funcionamiento hasta octubre de 2013 y cuyo presupuesto inicial se ha duplicado hasta los 4.300 millones.
¿Símbolo de los valores europeos?
En el comunicado oficial de presentación del proyecto, el BCE a través de Jörg Asmussen, miembro del comité ejecutivo encargado de la edificación, dijo que «el nuevo complejo de edificios del BCE dotará a la institución de una sede moderna y funcional, y que espera que el pueblo de Fráncfort y el público en general la consideren una contribución positiva al horizonte de la ciudad y al paisaje europeo».
«Nuestra futura sede, la nueva casa del BCE y del euro, simbolizará nuestros valores y estará al servicio de los ciudadanos europeos», afirmó asimismo el entonces presidente del BCE, Jean-Claude Trichet.
El BCE ha caído en una profunda contradicción. Fiel defensor de las políticas de austeridad y de las imposiciones de contracción del gasto a Grecia y España, ha decidido «simbolizar» los valores europeos con un edificio de 1.200 millones de euros, la misma cantidad, por cierto, que Portugal tendrá que recortar de sus presupuestos generales de 2014 para cumplir las exigencias de la troika.
El Taj Mahal es el mausoleo que el emperador musulmán Shah Jahan construyó para honrar la muerte de su bien más preciado, su esposa favorita Mumtaz Mahal, y es la tumba más lujosa conocida hasta el momento. El nuevo edificio del BCE también tiene algo de altar y hornacina para honrar el bien más preciado de nuestro sistema, el dinero... y allí, en la lujosa SkyTower, parece que languidece y en algunos países ya se escuchan sus estertores de muerte