Basescu ha convocado al mismo tiempo la mañana del lunes a los presidentes de los partidos políticos y los representantes de las minorías nacionales que han ganado escaños en el nuevo parlamento. Según los resultados finales, la Unión Social-Liberal (USL), dirigida por el primer ministro saliente Victor Ponta, ganó las elecciones parlamentarias celebradas el domingo, con un 60% de los votos. La Alianza para una Rumanía Justa (ARD), de centro-derecha, se adjudicó el 19 por ciento de las papeletas; y el Partido Popular-Dan Diaconescu, obtuvo entre el 10 y el 13 por ciento de los sufragios. Basescu es el encargado de elegir a la persona que debe formar Gobierno y, aunque el sistema electoral rumano favorece a las mayorías electorales, es probable que el presidente haga la propuesta a uno de sus aliados políticos, a pesar de la victoria del USL en las urnas.
El presidente de centro-derecha ha mantenido, hasta el momento, el suspense sobre el nombre del futuro primer ministro, y ha sugerido repetidamente durante la campaña que no renovaría a Ponta, aunque venciera. Los analistas políticos creen, sin embargo, que Basescu cometería un «abuso de poder» si se niega a nombrarlo.
La presión de Bruselas, muy preocupada por las malas relaciones entre presidente y primer ministro, ha dicho que los rumanos tenían una «clara elección», en palabras del Presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso. En un comunicado de la Comisión de esta semana se señala que «Barroso espera trabajar con el primer ministro Victor Ponta y el presidente Traian Basescu durante los próximos años para promover las reformas necesarias en el interés de Rumanía y Europa». Barroso también ha dado la bienvenida al «compromiso de todos los actores políticos rumanos en favor de la consolidación del Estado de Derecho y respeto a las instituciones democráticas».
Rumanía, el segundo país más pobre de la Unión Europea, vive una crisis política desde el verano pasado con el fallido juicio político de la USL al presidente Basescu. Desde entonces, la cohabitación entre la presidencia y el gobierno ha sido tormentosa y desestabilizadora. Una situación que puede alargarse hasta 2014 cuando se celebren elecciones presidenciales.