«La Comisión presentará pronto opciones para la introducción de eurobonos. Algunas de estas opciones pueden aplicarse según el actual Tratado, otras requerirían un cambio de Tratado», ha dicho el presidente del ejecutivo comunitario en un discurso ante el pleno del Parlamento Europeo.
A pesar de las inconcreciones, el anuncio de Barroso ha tenido una repercusión inmediata en los mercados financieros y las bolsas europeas han experimentado subidas importantes.
Sin embargo, el presidente de la Comisión Europea ha insistido en que los eurobonos no son la panacea para resolver la crisis. «Debemos ser honestos... No confundamos estos proyectos de mayor integración con las necesidades inmediatas. Las ideas que requieren importantes cambios en el Tratado no pueden sustituir a que Grecia haga su trabajo o a que los países de la eurozona refuercen su vigilancia fiscal».
Para Barroso, los eurobonos no solucionarán los problemas más urgentes. Lo prioritario, en su opinión, es que Grecia cumpla con sus obligaciones y que se ratifiquen los acuerdos adoptados por el Consejo Europeo en julio para flexibilizar el Fondo europeo de Estabilidad Financiera y el paquete de gobernanza económica, para prevenir futuras crisis, que sigue parado desde hace meses.
Sin citar expresamente, Barroso se ha referido a Finlandia cuando ha hablado de «los obstáculos planteados por algunos para aplicar decisiones cruciales». De esa forma, se ha dado la imagen de que«la eurozona es incapaz de responder de forma eficaz a su propia crisis porque tarda demasiado en aplicar sus decisiones».
En la misma sesión, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, ha recordado que la emisión de eurobonos tendrá consecuencias sobre la soberanía fiscal de los Estados, «deberá ir acompañada de una vigilancia fiscal sustancialmente reforzada y mayor coordinación económica como contrapartidas esenciales para evitar el riesgo moral y garantizar finanzas públicas sostenibles».