El conocimiento del mundo marino, que ha progresado a un ritmo sin precedentes en esta década. Nueve años después de la celebración de la Conferencia Internacional sobre Investigación Oceánica, Barcelona acoge el debate sobre su futuro con el objetivo de lograr incluir el océano en la agenda política internacional para presentarlo en la cumbre del cambio climático de París de 2015, donde se diseñará la hoja de ruta para la próxima década. Algunos de los problemas urgentes de los océanos son el aumento del nivel del mar, la acidificación, el calentamiento del agua, la situación de los arrecifes coralinos y los efectos de la sobrepesca.
Entre los 600 expertos de 70 países que participarán en la reunión, destaca la presencia de Jane Lubchenco, ex miembro del «dream team científico» de Obama e investigadora de la Universidad Estatal de Oregón; Daniel Pauly, crítico con las prácticas modernas de pesca, o Shin-ichi Uye, de la Universidad japonesa de Hiroshima, uno de los mayores investigadores sobre la medusa gigante. La Conferencia ha sido organizada por la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la UNESCO, The Oceanography Society y FNOB, que quiere convertir la Barcelona World Race en una caja de resonancia para fomentar la preservación medioambiental del océano.
La primera Conferencia Internacional sobre Investigación Oceánica tuvo lugar en la sede de la UNESCO en junio de 2005. Ahora, además de incluir la problemática del oceáno en la política internacional y tras 20 años de discusiones se espera alcanzar un acuerdo universal sobre el clima, de obligado cumplimiento para todos los países, especialmente para los mayores emisores de gas con efecto invernadero.El océano ha ocupado hasta ahora un lugar marginal en las negociaciones internacionales sobre el clima, concentradas sobre todo en las emisiones terrestres de dióxido de carbono. Pese a ello, el océano es el primer productor de oxígeno del planeta. Desempeña un papel de «pulmón» tan importante como el de los bosques. Al absorber casi un cuarto de las emisiones de dióxido de carbono que la actividad humana vierte a la atmósfera, tiene una función reguladora determinante en el cambio climático. Pero con el aumento de las emisiones de CO2 el agua del mar se acidifica, lo que constituye una amenaza para los corales y los crustáceos.
El oceanógrafo estadounidense Mike Roman, presidente del Comité Científico de la 2ª Conferencia Internacional sobre Investigación Oceánica es el encargado de la conferencia inaugural del congreso, que se desarrollará del 17 al 21 de noviembre en la ciudad condal.
La organización en Barcelona de la segunda Conferencia Internacional sobre Investigación Oceánica por parte de la FNOB (Fundación para la Navegación Oceanográfica de Barcelona) se enmarca en la vertiente científica y de salvaguarda medioambiental que defiende la Barcelona World Race. Por eso, los barcos participantes en la regata de vuelta al mundo colaborarán en varios proyectos científicos coordinados por la COI-UNESCO, cuyo lema, «One Planet, One Ocean», da nombre además a uno de los equipos, el de Aleix Gelabert y Dídac Costa, que se utiliza como plataforma para la concienciación e investigación ambiental. NdP