Las maratonianas negociaciones entre Irán y las potencias mundiales han continuado aún después de cumplirse el plazo que se habían dado y que expiró en la medianoche del pasado martes. Fuentes cercanas a las conversaciones han dicho que podría haber un anuncio pronto, aunque el desacuerdo sobre el levantamiento de las sanciones a Irán persiste.
El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, y el ministro de Exteriores de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, no están dispuestos a abandonar la localidad suiza de Lausana, donde tienen lugar las conversaciones con las manos vacías.
El problema está en que las seis mayores potencias mundiales, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y China, con la presencia de la UE no quieren que quede algún resquicio por el que Irán pudiera desarrollar armamento nuclear. Mientras que Irán asegura que su programa nuclear tiene exclusivamente fines pacíficos. Y así llevan doce años.
Estas conversaciones son la mejor oportunidad de acercamiento entre Teherán y Washington desde la revolución islámica en 1979, pero los más conservadores en ambos países no están dispuestos a facilitar el camino..
Incluso si se lograra un acuerdo preliminar, este sería frágil e incompleto y no hay garantías de que las conversaciones puedan colapsar en cualquier momento.
Los principales puntos de conflicto son la retirada de sanciones de la ONU contra Teherán y las exigencias iraníes a poder realizar investigación y desarrollo de centrífugadoras nucleares avanzadas después de los primeros 10 años desde que expire el acuerdo. Un plazo que le parece corto a la otra parte.
Las sanciones están teniendo graves repercusiones en la economía y la población iraní.