La región de los Balcanes vive una de las peores primaveras de su historia, después de que 47 personas murieran en las inundaciones más graves en 120 años y que decenas de miles de bosnios, croatas y serbios fueran evacuados de sus casas.
Uno de los secretos mejor guardados de la desaparecida Yugoslavia ha quedado a la vista con la divulgación en Internet de los nombres de 16.101 reclusos de Goli Otok, o la Isla Desnuda, el gulag al estilo soviético que creó el régimen de Tito hace 65 años.
A primera hora de la mañana, mientras cientos de personas compran su desayuno en una congestionada panadería de la calle Beogradska, en la capital serbia, una canasta muy especial se llena rápidamente de medialunas y panecillos. Es el «cesto de la solidaridad».
Este año, el verano en los Balcanes ha sido agradable y cálido, dejando abundancia y suficientes alimentos sobre la mesa. Pero la población se queja de que los tomates «no tienen el mismo sabor de antes», las sandías están demasiado aguadas, las coles son difíciles de cortar y las cebollas ya no hacen llorar a nadie.
Este Ramadán, mes sagrado musulmán, marca una diferencia para algunas familias de los Balcanes. Es la primera vez que lo pasan sin sus hijos, esposos o hermanos, que fallecieron lejos del hogar, combatiendo en Siria.
Serbia y Kosovo han dejado atrás años de animosidad al firmar un acuerdo para normalizar las relaciones, y juntos han dado un paso trascendental para acercarse a la Unión Europea (UE).
La depresión aumenta en La Unión Europea con la crisis. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un incremento del 1% en la tasa de paro se traduce en un aumento del 0,8% en la tasa de suicidios. En Serbia el aumento de la depresión se agudiza por la falta de profesionales que puedan tratar a los enfermos.