Por Robert Stefanicki
En la zona industrial de las afueras de Daka, la capital de Bangladesh, miles de obreros textiles toman las calles para exigir un aumento del salario mínimo. Días atrás, los manifestantes bloquearon caminos, intentaron incendiar fábricas y se enfrentaron con la policía, que respondió lanzando balas de goma y gases lacrimógenos. Unas 200 fábricas, que producen para H&M y Carrefour, estuvieron cerradas durante una semana.El único signo de vida en el «aeropuerto internacional» de Szymany son los mosquitos que se lanzan sobre el raro visitante. El portón está cerrado con un candado y una cadena oxidada. La evidencia indica que los últimos viajeros que pasaron por aquí fueron agentes de la CIA y sus prisioneros. Eso fue en 2003. Poco después, este aeropuerto a 180 kilómetros al norte de Varsovia y en el pintoresco bosque de Mazury, quedó fuera de servicio.
Para que las autoridades de Polonia hayan comenzado a revisar las leyes relativas a los inmigrantes indocumentados han sido necesarias huelgas de hambre y un caso como el de Layla Naimi. Las autoridades ya no enviarán a los inmigrantes a centros de detención necesariamente, además, el fiscal ha abierto una investigación sobre el de Lesznowola, cerca de Varsovia.
La situación de la oposición y de los defensores de los derechos humanos en Bielorrusia empeora. La UE ha reiterado su preocupación y su apoyo a la sociedad civil y a las personas que luchan por «la reforma y modernización» de Bielorrusia y que sufren penas de cárcel y trato degradante por motivos políticos