El mundo islámico celebró esta semana una de sus festividades más sagradas: Eid al Adha (Fiesta del Sacrificio), con grandes reuniones familiares, comidas abundantes e intercambio de obsequios. En esta solemnidad, en la que se recuerda la disposición de Ibrahim (en la Biblia, Abraham) de inmolar a su hijo Ismael en honor a Alá, se sacrifican corderos y reses, y su carne se dona a los pobres.
Libia vota este sábado en una difícil situación. Según el enviado especial de la Unión Europea, Bernardino León, estas elecciones dan al país «motivos de esperanza». Los libios tienen ganas de dirigir su destino, el 80% de la población se ha inscrito para votar en un escenario muy diferente al de otros países árabes. Libia viene de un «no Estado», dice León, donde no había instituciones por lo que necesita un mayor apoyo internacional.
La UE se ha comprometido a continuar ayudando a Afganistán al menos «al mismo nivel que hasta ahora», es decir con 1000 millones de euros anuales y el mantenimiento de la misión de entrenamiento de la policía EUPOL. A cambio el país asiático se compromete a avanzar, entre otras cosas, en los derechos de la mujer. Una tarea ardua en un país en el que hombres de 60 años se casan con niñas de 8.