¿Es esta una de esas escasas ocasiones en que los responsables políticos hacen autocrítica para corregir un error gigantesco? ¿O es un frío giro radical guiado por el puro interés?. El 15 de agosto, los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea decidieron en Bruselas que sus países tendrán la libertad de suministrarle armas a los rebeldes kurdos que combaten a los extremistas sunitas del Estado Islámico (EI) en el norte de Iraq. Incluso Alemania, que siempre se ha negado a armar a los combatientes en "zonas de conflicto", está dispuesta a suministrar vehículos blindados y otros equipos a los kurdos que luchan contra el avance del EI.