El miedo y la incompetencia son los componentes de un cóctel explosivo. Si quienes lo utilizan tienen responsabilidades de gobierno y dirigen las fuerzas de seguridad el resultado es demoledor.
El miedo ante lo que podía suceder en la plaza de Catalunya si el Barça ganaba la copa de Europa fue el origen de la actuación del gobierno de Convergencia. La incompetencia de su consejero de interior y la brutalidad de los mossos d'esquadra redondearon una actuación éticamente indefendible y políticamente desastrosa: el número de indignados se ha multiplicado exponencialmente. Ahora son muchos más y tienen más razón y más razones.