Como demostró el terremoto en Haití, lo más importante de la asistencia humanitaria no es el prestigio de las organizaciones internacionales, sino la calidad efectiva de sus servicios. MADRE, organización estadounidense de mujeres por los derechos humanos, ha colaborado en los esfuerzos de ayuda desde el terremoto de 2010, y últimamente se ha concentrado en promover una reforma legal para prohibir la violencia de género.