La asistencia humanitaria sufrió el año pasado la mayor pérdida de fondos en una década, lo cual revela el fracaso de la comunidad internacional para hacer frente a las necesidades crecientes de un mundo en crisis.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) contrata cada vez más firmas privadas de seguridad y militares para sus operaciones en el mundo, y eso despierta dudas sobre su responsabilidad, así como temores de que se produzcan violaciones de los derechos humanos.