Por John Feffer, analista de Foreign Policy in Focus
Las delegaciones de Estados Unidos, Japón y algunos Estados de la Unión Europea, boicotearon un minuto de silencio en la ONU que la delegación norcoreana pidió en memoria de su líder fallecido Kim Jong-il. Sólo un tercio de los países de la Asamblea General guardó el minuto de «protocolo» que solo duró 26 segundos. Una semana después de la muerte de su padre un importante periódico norcoreano llama a Kim Jong-un «comandante supremo». ¿La comunidad internacional debería aprovechar este momento de transición para abrir Corea del Norte al mundo?