(Copenhague)
Ahora que la presidencia rotatoria de la UE está en manos de Dinamarca, merece la pena pararnos y descubrir más sobre nuestros vecinos daneses. Un pequeño pueblo de pescadores que a la vez se forma como una de las más antiguas naciones de Europa, y que además es reconocido como uno de los países con mejor calidad de vida del mundo. Es su concepto de Estado Social lo que más nos puede enseñar al resto de europeos. ¿Cómo un Estado que gasta millones en políticas sociales no ha sido afectado por la crisis tanto como el resto? ¿Tiene su sistema social algo que ver con el desapego que les produce la idea de Europa?Alemania y Francia han conseguido fijar su liderazgo con la nueva propuesta de tratado, aunque esto ha iluminado varios problemas relacionados con este eje, basados principalmente en las formas, el fondo, y la idea de su liderazgo. La pregunta no es sencilla, como tampoco lo es la respuesta, y analizar estos problemas nos permitirá ver donde están las soluciones y comprender si es posible crear otra Europa sin destruir por el camino todo lo que hasta ahora hemos creado.
Referéndum siempre suena a democracia, a poder popular, a derecho inalienable. Y sería así, en realidad, si lo que van a votar los griegos sólo les afectara a ellos, cosa que no es ni de lejos verdad. Papandreu, en una imperiosa necesidad de poner en jaque al resto de líderes europeos para tener una posición más fuerte y de ganar confianza dentro de su país, ha creído tener la mejor idea de todas, ser apoyado por su ciudadanía, aunque eso conlleve tirar por la borda todo lo que los griegos han estado sufriendo. Y no sólo los griegos, sino todos los europeos.
«Por fin podemos volver a hablar de federalismo» decía el líder de los liberales en el Parlamento Europeo, Guy Verhofstadt, en referencia a las nuevas propuestas que cada vez se van haciendo más fuertes en el debate publico de la Crisis de Deuda europea. Aunque deberíamos decir que, en realidad, no son propuestas nuevas, sino que están siendo proclamadas por personas nuevas. Con todas estas ideas, pero unido al terrible contexto en el que hay que aplicarlas, uno ya no sabe si el proyecto europeo esta mejor, o peor que nunca. Lo que es seguro es que esta crisis marcará un punto de inflexión en el futuro desarrollo de la integración, o desintegración, de los países de la zona euro.
El Parlamento europeo plantea una radical reforma de su sistema electoral que permitiría la presentación de listas paneuropeas, con candidatos que se puedan votar en los 27 Estados de la UE. La propuesta supone una verdadera revolución democrática que posiblemente reduciría la altísima abstención que se registra en los comicios, alejaría planteamientos nacionalistas de partidos y eurodiputados y reforzaría el papel de la Eurocámara en las decisiones europeas. Ahora falta que la Comisión Europea concrete la idea y que los gobiernos la aprueben. No es fácil.
A mis veintipocos años la idea de salir a las calles, en un sistema que no beneficia que se oiga la voz de los jóvenes, no se barajaba como una opción real. Parecía que en España había dejado de creer en las manifestaciones y actos públicos como medio útil de lograr objetivos. Además, esto se unía a un desarrollo de una juventud que, en principio, parecía más apática todavía que el resto de la población adulta. Mirábamos mientras veíamos caer nuestro futuro...Hasta ahora, pero ¿puede el Movimiento 15-M lograr todos nuestros objetivos?