El 1 de agosto entraba en vigor el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre la Unión Europea y Colombia firmado en junio de 2012 con el objetivo de acabar con las barreras existentes a la importación y exportación con ese país latinoamericano. Este acuerdo y el firmado con Estados Unidos ha puesto en pie de guerra a varios sectores colombianos. El presidente del país, Juan Manuel Santos, ha militarizado la capital ante las continuas protestas.
El reciente Acuerdo Comercial entre la UE y Colombia prevé que la Unión Europea abra su mercado a los exportadores del país latinoamericano, otorgando concesiones arancelarias importantes a la agricultura. Uno de los problemas que tiene el país latinoamericano para hacer que su agricultura sea más eficaz es la lucha con los grupos rebeldes y paramilitares, que amedrantan a los agricultores de ese país. Centenares de ellos exigen al gobierno que los protega de los ataques de la guerrilla y los paramilitares.
La Unión Europea sigue con atención las conversaciones de paz que mantienen el gobierno colombiano y las FARC en La Habana. La responsable de exteriores, Catherine Ashton, ha «tomado nota» del alto el fuego unilateral anunciado hace unas horas por las FARC y que durará hasta el 20 de enero. La portavoz de Ashton ha dicho que confía en que ambas partes consigan «un acuerdo rápido y definitivo».