La propuesta de paz que el presidente japonés de la organización budista Soka Gakkai Internacional (SGI), Daisaku Ikeda, realizara este año elevó mi atención de las noticias del día hacia inquietudes a largo plazo por una sociedad humana más pacífica, equitativa y sostenible que asegure nuestro futuro común.
Hace poco participé en un debate sobre la negociación de alta frecuencia y escuché los mismos conocidos argumentos de que contribuye a la liquidez y a la determinación de precios en los mercados. Estas afirmaciones sobre liquidez son difíciles de justificar después del «flash crash» del 6 de mayo de 2010, momento en que la falsa liquidez de las negociaciones de alta frecuencia desapareció cuando se la necesitaba y las tradicionales obligaciones de los formadores de mercado estaban ausentes.