Venezuela, aquejada de problemas de gestión y polarización, está siendo atacada desde el exterior por empresas petroleras que le reclaman decenas de miles de millones de dólares a través del mecanismo de solución de controversias entre los inversores y el Estado (SCIE).
Cada vez son más los solicitantes de asilo que se ven rechazados por las autoridades de Holanda y que no pueden volver a sus países de origen. Grupos de personas en esa situación han montado campamentos de protesta. Los manifestantes son principalmente de Iraq y Somalia, pero también hay de Irán, Afganistán, Eritrea, Etiopía y Sudán.