A pesar de que la posición de la UE sobre los asentamientos israelíes en territorios ocupados es clara: los considera ilegales según la ley internacional, «un obstáculo para la paz y una amenaza para una solución de dos estados», y de ser una de las mayores donantes a Palestina, continúa comprando, como otras muchas regiones, lo que Israel produce en esos territorios. Los palestinos organizan campañas para denunciar esa situación que les perjudica.