Los resultados de la conferencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre cambio climático que finalizó el 8 de este mes en Doha muestran una vez más que las negociaciones internacionales avanzan en la dirección correcta, pero a un ritmo alarmantemente lento. En el núcleo de estas negociaciones está nada menos que el mayor desafío en materia de transformación energética que el mundo ha visto jamás.