Menos del cuatro por ciento del territorio de Egipto son tierras cultivables, concentradas alrededor del delta y el valle del río Nilo. Las autoridades se esfuerzan por garantizar la seguridad alimentaria y mejorar los estándares de nutrición ante los pronósticos de que la población de 85 millones de habitantes se duplique para 2050.
En el escaparate de una tienda de mascotas en El Cairo se ofrecen perros, gatos y loros. Pero si lo que uno está buscando son animales más exóticos, puede preguntar en el mostrador por cocodrilos o cachorros de león, aunque Egipto es firmante de CITES que prohíbe el tráfico de animales salvajes.
El nuevo hombre fuerte de Egipto, el general Abdel Fatah al Sisi, explicó que la destitución del presidente Mohammad Morsi era necesaria para «preservar la democracia» y salir del estancamiento que había amenazado con polarizar al país. Pero seis semanas después del golpe de Estado, su argumento no parece ajustarse a la realidad.
Todos los veranos, turistas adinerados de los países del Golfo se trasladan a Egipto para escapar del calor abrasador de la península Arábiga. Muchos alquilan habitaciones en hoteles de lujo o apartamentos en El Cairo o Alejandría. Pero algunos otros tienen propósitos más siniestros.
Las organizaciones Humanitarias internacionales temen que el gobierno acabe fiscalizando la actividad de las ONG si prospera la ley que está debatiendo el Parlamento de ese país. De aprobarse podría poner en peligro la cooperación internacional y a la sociedad civil egipcia. Entre otras cosas, la ley podría impedir el funcionamiento de grupos que investiguen denuncias de tortura o defiendan los derechos de las mujeres.
El vídeo de un hombre desnudado, arrastrado por la calle y apaleado por policías antidisturbios durante una manifestación en El Cairo despertó la indignación en Egipto y reavivó una de las reclamaciones clave de la revolución que en 2011 derrocó a Hosni Mubarak: la reforma policial.
Egipto celebra este viernes el segundo aniversario del inico de la revuelta que derrocó al gobierno de Hosni Mubarak, con una manifestación contra el actual presidente, el islamista Mohamed Mursi. El país norteafricano llega al segundo aniversario con poco para celebrar, profundamente dividido y enfrentando una dura crisis económica, que se ceba especialmente en los trabajadores.