Estas disposiciones figuran en el nuevo Reglamento general de seguridad, que se adoptó en 2009 que ahora entra en vigor y sustituye a más de cincuenta directivas. Estos requisitos de seguridad serán obligatorios para los nuevos tipos de vehículos, es decir, los que se sometan a homologación después del 1 de noviembre de 2012. También serán obligatorios para todos los vehículos nuevos vendidos en la UE a partir de 2014.
El asiento del conductor estará provisto de un sistema de alerta de olvido del cinturón de seguridad, que continuará cuando el vehículo esté en marcha si los ocupantes no lo ajustan. Los coches eléctricos deberán cumplir unos estrictos requisitos de seguridad eléctrica, que garanticen que los usuarios del vehículo no reciban una descarga eléctrica procedente de piezas del vehículo o del compartimento del motor.
Los vehículos irán equipados con al menos dos puntos de anclaje para asientos infantiles ISOFIX, que deberán estar totalmente integrados en los asientos traseros. Dichos puntos de anclaje se pueden utilizar con asientos infantiles compatibles, lo que dará lugar a una mejor estabilidad del asiento y a una mayor protección del niño. Los asientos infantiles serán también mucho más fáciles de instalar en los asientos del vehículo.
Los coches llevarán unas nuevas etiquetas que adviertan contra la colocación de dispositivos de retención para niños orientados hacia atrás en un asiento protegido por un airbag frontal activo.
Los asientos traseros que van delante del compartimento para equipajes deberán ser lo suficientemente resistentes para que protejan a los pasajeros contra el desplazamiento del equipaje en el maletero, en caso de choque frontal. De esta forma habrá menos posibilidades de que los ocupantes sean golpeados por objetos proyectados desde el maletero en caso de accidente, lo que reduce el riesgo de lesiones corporales.
Los neumáticos estarán provistos de un sistema de control de la presión a bordo que detecte la pérdida de aire y se lo haga saber al conductor. El riesgo de reventón, por lo tanto, se va a reducir considerablemente y así se evitarán graves vuelcos. Una presión adecuada de los neumáticos garantizará también la menor distancia posible de frenado, ahorrará carburante y reducirá las emisiones de CO2.
Por último, los nuevos tipos de vehículos de pasajeros estarán provistos de indicadores de cambio de velocidad para ayudar a los conductores a ahorrar combustible adoptando un estilo de conducción más respetuoso con el medio ambiente.