«Todos en Europa debemos asegurar rigor en nuestras comunicaciones y la suficiente disciplina verbal para garantizar que el mensaje conjunto que queremos enviar se entienda como nosotros lo entendemos». Rehn asumía así la responsabilidad europea en la presión que los mercados están metiendo a varios países europeos, especialmente España e Italia, ante la falta de una respuesta contundente de la eurozona para garantizar la estabilidad de sus economías.
El comisario europeo ha dicho que las medidas adoptadas en julio y los programas de reformas aprobados en los dos países deberían ser suficientes para calmar a los inversores, pero el mensaje no ha calado y ha provocado falta de confianza en los mercados.
En cualquier caso, Rehn ha intentado aclarar que las medidas adoptadas sobre el segundo rescate griego y las demás sobre posibles ayudas a los países en crisis son técnicamente complejas y los parlamentos nacionales necesitan su tiempo para ratificarlas. De modo que ha calificado de «poco realistas» a quienes pensaran que iban a ponerse en práctica este mismo mes. Aun así, el comisario ha pedido a los países de la eurozona que agilicen los trámites necesarios para que en septiembre sean realidad.
Rehn ha reiterado que los ataques a la deuda española e italiana no tienen justificación «por hechos económicos» y que ninguno de los dos países va a necesitar el rescate europeo. Ha dicho además que tanto España como Italia han hecho los deberes, aunque ha pedido que se consoliden las reformas aprobadas. En el caso español, ha hablado de más rigor a nivel regional.
La ministra española de Economía, Elena Salgado, ha respondido que el gobierno tiene toda la determinación de profundizar en las reformas, implementarlas y continuar con nuestros compromisos.
Entre los problemas de comunicación a los que hacía referencia el comisario podría estar la carta enviada por el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, a los líderes de la eurozona en los que hablaba de recalibrar el programa de rescate financiero europeo que deberá entrar en vigor en 2013 y afirmaba que el peligro no está solo en los países periféricos de la eurozona. Algunos periódicos europeos aseguran que Barroso ha irritado así más a los mercados y a los gobiernos de Alemania y Francia, a los que cogió por sorpresa.
Un portavoz del ministerio alemán de Economía ha dicho que reabrir el debate solo dos semanas después de los acuerdos del Consejo Europeo no contribuye precisamente a calmar a los mercados.