Según alerta la Unidad de IT Security del centro tecnológico Eurecat, que avisa de que «la previsión es que se usen cada vez más para pedir dinero a cambio de parar el asalto».
Según destaca su director, Gonzalo Asensio, estos ataques, denominados DDoS (denegación de servicio distribuida), “hacen mucho daño”, ya que «acarrean pérdidas por operativa y un importante daño reputacional a las empresas e instituciones que son víctimas de ellos».
«Además, no hay que olvidar la evolución de este tipo de amenazas, ya que han pasado ser movimientos hacktivistas de reivindicación a ser ejecutadas por ciberdelincuentes que buscan un beneficio económico», advierte Asensio.
Ante esta amenaza, continua, «las empresas necesitan no sólo armarse con la mejor tecnología en materia de seguridad, sino que además deben probar su infraestructura y su tecnología para saber cuál es el aguante real que tienen ante un ataque de estas características”.
Por ese motivo un grupo de investigadores del centro tecnológico han creado el servicio Floodr, basado en cloud computing, en el que cada empresa puede planificar un test de ataque igual al que harían los posibles atacantes, para poder comprobar así si sus mecanismos de defensa son suficientes o no.