Una declaración publicada por la alianza el martes 21 advierte de que, para que la humanidad tenga una posibilidad razonable de limitar el calentamiento del planeta a dos grados Celsius, el mundo deberá emitir cero por ciento de dióxido de carbono para principios de la segunda mitad del siglo, según la abrumadora evidencia en la que se han basado las instituciones.
El economista climático Nicholas Stern, presidente de la Academia Británica y uno de los signatarios del comunicado, dice que este «demuestra la fortaleza de la concordancia entre las instituciones dedicadas a la investigación en Gran Bretaña sobre los riesgos que genera el aumento de los niveles de los gases de efecto invernadero en la atmósfera».
«Nuestra comunidad de investigación ha estado durante muchas décadas a la vanguardia de los esfuerzos por expandir nuestra comprensión y conocimiento de las causas y potenciales consecuencias del cambio climático», asegura.
«Mientras que algunos de nuestros políticos y órganos de prensa siguen apoyando la negación irracional e irresponsable de los riesgos del cambio climático, las principales instituciones de investigación» de Gran Bretaña «están unidas en reconocer la rotunda evidencia de que las actividades humanas están impulsando el cambio climático».
Entre los firmantes se incluyen la Sociedad Británica Ecológica, el Instituto de Física, la Real Sociedad de Astronomía y la Real Sociedad de Meteorología.
El comunicado señala que los peligros no son teóricos y, de hecho, que muchos de los sistemas ecológicos y humanos ya están en riesgo. El aumento de dos grados en la temperatura provocaría fenómenos meteorológicos cada vez más extremos, con el consiguiente peligro para ecosistemas y culturas enteras, añade.
Si ese aumento llega a los cuatro grados o más, el mundo corre el riesgo de la extinción de un número considerable de especies animales, inseguridad alimentaria mundial y regional, y cambios fundamentales en actividades humanas que hoy se dan por sentado. No obstante, las instituciones destacan que la solución del problema tiene un enorme potencial para la innovación, por ejemplo, en las tecnologías con bajas emisiones de dióxido de carbono.
Las medidas de mitigación y adaptación ante el cambio climático, como la seguridad alimentaria, de la energía y el agua, la calidad del aire, mejoras en la salud, y la protección de los servicios que proporcionan los ecosistemas, generarían beneficios económicos considerables.
También el martes 21, el Vaticano recibió a alcaldes y gobernadores de las principales ciudades del mundo, que firmaron una declaración instando a los gobernantes del planeta a tomar medidas audaces en la 21 Conferencia de las Partes (COP21) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que acogerá la capital francesa.
La cumbre de París, entre el 30 de noviembre y el 11 de diciembre, «puede ser la última oportunidad real de negociar acuerdos que mantengan el calentamiento inducido por la humanidad por debajo de los dos grados», subrayó la declaración que firmaron los alcaldes de África, América Latina, Asia, Estados Unidos y Europa.
Los gobernantes deben llegar a un «acuerdo audaz que restrinja el calentamiento mundial a un límite que sea seguro para la humanidad, y que proteja a los pobres y los vulnerables», añadió la declaración, que también tuvo la firma del papa Francisco, quien asumió una fuerte posición pública sobre el cambio climático.
Entre los presentes en el Vaticano se encontraba Jerry Brown, gobernador de California, Estados Unidos, que calificó de «trogloditas» a los negacionistas del cambio climático, en una entrevista con el diario Sacramento Bee. Los negacionistas, como los multimillonarios y estadounidenses «hermanos (Charles y David) Koch, no se quedan quietos», según Brown.
«Están recaudando dinero,... apoyando candidatos,... poniendo dinero en centros de investigación, y la negación, la duda y el escepticismo se propagan por diversos medios de comunicación, y por lo tanto la sinceridad y la autoridad del papa es un bienvenido antídoto a esa cepa virulenta de negacionismo del cambio climático», afirmó.
Según una investigación de la organización ecologista Greenpeace, los hermanos Koch, que también financian al partido derechista Tea Party en Estados Unidos, han donado desde 1997 más de 79 millones de dólares a organizaciones que niegan las concusiones científicas sobre el cambio climático.
«Tenemos que tomar medidas contra un futuro incierto que bien podría ser algo que nadie quiere. Estamos hablando de la extinción... de regímenes climáticos que no se han visto en decenas de millones de años. Aún no llegamos ahí, pero estamos en camino», vaticinó Brown.