Las 100 mayores empresas productoras de armas vrndieron 402.000 millones de dólares en 2013, según el Instituto Internacional de Estocolmo de Investigación para la Paz (Sipri). La venta de armas y servicios militares descendieron un 2,0 por ciento respecto a 2012, en lo que es el tercer descenso anual consecutivo, Sin embargo, las ventas de las compañías rusas crecieron un 20 por ciento en 2013 en comparación con las de Estados Unidos y otros fabricantes de armas occidentales.
Siemon Wezeman, investigador del Sipri, dice que «los notables incrementos» en la venta de armas rusas en 2012 y 2013 se explican, en gran parte, por las inversiones ininterrumpidas del Estado ruso en las adquisiciones militares a partir del año 2000.
«Estas inversiones están destinadas expresamente a modernizar las armas y las capacidades de producción nacional con el fin de llevarlas a la par de... las tecnologías de las principales productoras de armas de Estados Unidos y Europa occidental», explica. Pero estas ganancias se registraron mucho antes de la intervención rusa en Ucrania y Crimea en febrero de este año.
Cuando se conozcan las cifras correspondientes a 2014 es probable que las ventas de armas rusas, en particular las exportaciones, hayan descendido por las sanciones económicas y militares que Estados Unidos y Europa occidental adoptaron contra Moscú este año tras esas intervenciones. Pero «es casi imposible hacer predicciones» al respecto, observa Wezeman. Las sanciones no tendrán un gran efecto a corto plazo, pero la industria rusa las sentirá si se mantienen varios años, agrega.
Las cifras del Sipri revelan que Europa occidental ofrece un panorama mixto, con aumento en las ventas ventas de las empresas francesas, estables de las británicas y bajando de las productoras de armas de Italia y España.
La proporción que ostentan las empresas fuera de América del Norte y Europa occidental en el mercado de armas mundial ha ido en aumento desde 2005, indica Aude Fleurant, directora del Programa de Armas y Gastos Militares del Sipri.
La compañía rusa con mayor incremento de las ventas en 2013 fue la Tactical Missiles Corporation, con una expansión del 118 por ciento, seguida por Almaz-Antey (34 por ciento) y United Aircraft Corporation (20 por ciento), según el Sipri.
Las ventas de Almaz-Anteys en 2013 la convierten en la 12 productora de armas mundial, sin contar a China, y la aproximan a la lista de las 10 primeras, que desde el fin de la Guerra Fría está integrada exclusivamente por empresas de Estados Unidos o Europa occidental. En 2013 la fabricante de productos electrónicos y de comunicaciones Sozvezdie se convirtió en la décima empresa rusa en sumarse a la lista del Sipri de las 100 mayores vendedoras de armas.
Hace varios años que Rusia se percató de que está tecnológicamente atrasada en muchos aspectos relacionados con sus armas y que necesitará la colaboración extranjera para desarrollarlas, sostuvo Wezeman. El país está buscando empresas occidentales para asociarlas en el desarrollo de nuevas generaciones de armas y componentes clave, señaló. Rusia está negociando con empresas europeas para su cooperación en el diseño de vehículos blindados, motores a reacción y aviónica, añadió el experto.
Pero «las sanciones liquidaron las negociaciones, y dejó a Rusia en la posición que estaba antes, sin toda la tecnología y sin los fondos o la experiencia para desarrollarla por sí misma», destaca Wezeman. Las sanciones también afectan a la producción y al desarrollo de armas rusas para la exportación, precisó.
Algunas de las armas de exportación rusas más avanzadas, como los aviones de combate Su-30, se basan en componentes occidentales. Al parecer, también estarían prohibidos, pero solo en el caso de negocios acordados tras las sanciones, como lo estipulan las sanciones de la Unión Europea.
Según Wezeman, las autoridades rusas se quejan desde hace años de lo anticuadas que son sus fábricas de armas, con equipos de producción desgastados. Ahora se anuncia un importante plan de modernización, pero Rusia no tiene la tecnología para hacerlo por su cuenta, agrega
«Necesita la ayuda de los países occidentales más desarrollados, pero eso está en gran parte descartado, con las sanciones y el cambio de las relaciones de Occidente con Rusia», comenta. Es improbable que a corto plazo las sanciones afecten a las exportaciones de Rusia, aseguró. Las primeras exportaciones afectadas serían las de helicópteros y aviones de entrenamiento con motores producidos en Ucrania, pronostica.
Ucrania parece haber detenido todos los envíos de armas a Rusia, incluidos los motores para los helicópteros Mi-17 y Mi-24 y los aviones de entrenamiento y combate Yak-130. Las exportaciones cesaron oficialmente, pero no queda claro si el embargo abarca al 100 por cien de sus productos o si excluye a los componentes utilizados en las armas que están destinadas para su exportación a Rusia, explicó Wezeman.
Como China e India desafían las sanciones de Estados Unidos y demás países occidentales, ahora Rusia busca socios en los grandes mercados de Asia, que incluyan acuerdos para el desarrollo conjunto de tecnología de armas.