Besir Atalay, uno de los viceprimeros ministros de Turquía, aclaró que la autorización no significa una declaración de guerra, sino que pretende ser un elemento de disuasión.
La decisión del parlamento coincidió con la reanudación de la ofensiva este jueves contra posiciones militares sirias, en represalia por el mortero procedente de ese país que cayó el miércoles en la sudoriental localidad turca de Akcakale que mató a cinco personas de la misma familia, una mujer y cuatro niños. «La parte siria reconoció lo que hizo y pidió disculpas», informó Atalay.
La prensa estatal turca dijo que continuaban los ataques por parte de las unidades de artillería ubicadas en Akcakale.
Varios efectivos sirios murieron en la ofensiva nocturna de Turquía contra una base cercana a la fronteriza ciudad de Tal al-Abyad, según un grupo activista sirio con sede en Gran Bretaña. «Turquía no tiene ningún interés en librar una guerra con Siria. Pero protegerá sus fronteras y tomará represalias cuando sea necesario», escribió Ibrahim Kalin, asesor del primer ministro Recep Tayyip Erdogan, en Twitter
La represalia turca, que ya lleva dos días, debería ser considerada una «advertencia» por las autoridades de Damasco. «Las iniciativas políticas y diplomáticas continuarán», añadió.
El parlamento turco había previsto ya votar este jueves la ampliación de su autorización por cinco años para realizar operaciones militares en el extranjero, originalmente concebida para atacar las bases kurdas del norte de Iraq.
La gota que colmó el vaso
La petición firmada por Erdogan y enviada al parlamento por la noche argumentaba que, pese a las reiteradas advertencias e iniciativas diplomáticas, el ejército sirio había lanzado una acción agresiva
contra el territorio turco, lo que presentaba «riesgos adicionales». «Esta situación ha creado una grave amenaza y peligro para nuestra seguridad nacional. En este momento es necesario tomar las medidas necesarias para actuar de inmediato y con rapidez contra riesgos y amenazas mayores», decía la petición.
Turquía consideró que el ataque con mortero fue «la gota que colmaba el vaso» en la escalada de tensiones fronterizas motivadas por el conflicto interno sirio, que lleva ya 18 meses.
Fuentes de la seguridad turca señalan que el mortero procedía de un lugar cercano a Tal al-Abyad, y que Turquía está aumentando sus efectivos en la frontera. «Nuestras fuerzas armadas en la región respondieron de inmediato a este abominable ataque, de acuerdo con las normas de intervención. Se apuntó con artillería contra objetivos sirios identificados por radar», reza un comunicado de la oficina de Erdogan emitido el pasado miércoles. «Turquía nunca dejará de responder a este tipo de provocaciones del régimen sirio contra nuestra seguridad nacional», añade.
Siria ha informado que está investigando el origen del mortero y ha pedido moderación. El ministro de Información, Omran Zoabi, expresó sus condolencias al pueblo turco y dijo que su país respeta la soberanía de las naciones vecinas.
Tras el contraataque, otro viceprimer ministro turco Bulent Arinc dijo que su país no «está cegado por la rabia». «Definitivamente está prevista una respuesta a este ataque en el derecho internacional. No estamos cegados por la rabia, sino que protegeremos nuestros derechos hasta el final frente a un ataque como este contra nuestro territorio, que mató a nuestra gente».
El corresponsal de Al Jazeera en la localidad fronteriza de Antakya, Andrew Simmons, dijo que la referencia de Arinc a «ciertas responsabilidades» contenidas en los artículos de la Organización del
Tratado del Atlántico Norte (OTAN) podría hacer que Turquía responda sin previa consulta a los organismos internacionales.
Violación de la paz
La OTAN ha respaldado a Turquía, miembro de la alianza, y urgido a Siria a poner fin a sus «flagrantes violaciones al derecho internacional».
Siria debe preguntarse si realmente «quiere involucrar a Turquía en el conflicto y si desea que este sea el comienzo de una mayor y creciente escalada de la violencia regional», opina Anita McNaught, corresponsal de Al Jazeera desde Akcakale.
La OTAN ha convocado una reunión urgente en Bruselas el miércoles por la noche para discutir el asunto. Es la segunda vez en los 63 años de historia de la OTAN que los miembros recurren al artículo 4 de la carta de la alianza, que prevé la realización de consultas cuando uno de los estados miembro siente que la integridad de su territorio, su independencia política o su seguridad están amenazadas.
Turquía también ha pedido al Consejo de Seguridad de la ONU que tome las «medidas necesarias» para detener la «agresión» siria. En una carta al máximo órgano de seguridad de la ONU, el embajador turco Ertugrul Apakan calificó la agresión siria de «violación de la paz y la seguridad internacionales».
Diplomáticos de la ONU han dicho que miembros del Consejo de Seguridad esperan poder aprobar una declaración no vinculante este jueves condenando el ataque en «los términos más enérgicos» y reclamar el fin de las violaciones a la soberanía del territorio turco.
Los miembros del Consejo de Seguridad esperaban difundirla el próximo miércoles, pero Rusia, aliado incondicional de Siria, ha pedido más tiempo, según diplomáticos consultados por Al Jazeera. Rusia y China ya vetaron tres resoluciones de la ONU condenando al régimen del presidente Bashar Al-Assad.