Un nuevo incendio en una fábrica textil del continente asiático ha vuelto a poner en tela de juicio las ínfimas condiciones de trabajo que atenazan la seguridad de los trabajadores en esta zona.
En esta ocasión, la polémica envuelve a una fábrica del sur de Pakistán, concretamente en la ciudad de Karachi, donde un aparatoso incendio se ha saldado con más de 300 muertos. AsiaInspection empresa líder especializada en el Control de Calidad de productos importados desde China, India, Vietnam, Bangladesh y África advierte de que estos casos cada vez se repiten más en las fábricas de Asia, por la ausencia de seguridad en los inmuebles donde realizan sus labores los empleados.
Un cortocircuito en un generador eléctrico ha sido la causa del siniestro que ha devastado la fábrica de 2.000 metros cuadrados donde trabajaban hacinadas entre 1.500 y 2.000 personas. Alex Makow, Director General de AsiaInspection para España, Italia y Portugal insiste en que sucesos como este acontecen en las fábricas con frecuencia. Uno de los servicios que presta AsiaInspection es la contratación de auditorías sociales, que según explica Makow consisten en «examinar exhaustivamente que no se den casos tanto de mano de obra infantil como de trabajos forzados. En nuestros informes incluimos también datos relacionados con las horas de trabajo, así como con el salario que reciben los trabajadores, y se analizan igualmente los posibles casos de discriminación y coerción a los miembros de la plantilla».
«Trabajar como chinos» se ha convertido en una práctica difícil de erradicar, que cada vez está más extendida y que obliga a los empleados a operar bajo unas condiciones infrahumanas. Además, AsiaInspection también vela por que las condiciones de seguridad se cumplan: «Comprobamos que se garantizan una serie de requisitos indispensables en las instalaciones, corroborando que dispongan de sistemas contra incendios, una instalación eléctrica adecuada, y un buen tratamiento de productos tóxicos, así como maquinaria pesada», incide Alex Makow. Además, la compañía analiza si se cumplen las condiciones de higiene y salubridad, investigando cuáles son los cuidados médicos que ofrece la fábrica a sus empleados.
Este siniestro no es un caso aislado en Pakistán, ya que el pasado martes una fábrica de zapatos de Lahore también se convertía en pasto de las llamas, a causa de una explosión que acabó con la vida de 20 personas. AsiaInspection, que lucha por garantizar la seguridad de los empleados, advierte de que la ausencia de salidas de emergencia, como ha ocurrido en el inmueble de Karachi, así como la cantidad de niños que había trabajando en las instalaciones, es una realidad que amenaza a muchos de los empleados del continente asiático. Así, desde la compañía se insiste en que es vital acabar, a través de las auditorías sociales, con el silencio que atenaza a esta situación social, destapando todos los casos de irregularidades para evitar que las fábricas se conviertan en trampas mortales para los trabajadores.