Esta semana tiene lugar en Bruselas la octava ronda de negociaciones entre EEUU y la UE dentro del marco del Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés). Entre los temas de la agenda se encuentran el desarrollo de políticas de cooperación reguladora entre ambas partes así como el establecimiento de medidas de mercado en torno a la industria automovilística, farmacéutica y química.
En realidad los negociadores, que lideran el español Ignacio García Bercero por parte de la UE y el estadounidense Dan Mullaney, van a examinar casi todos los temas que abarca el tratado excepto uno de los puntos del TTIP que más suspicacias ha despertado en el Parlamento Europeo y en la sociedad civil. Bruselas ha decidido aplazar la discusión sobre lostribunales de arbitraje cuya jurisdicción sobrepasaría la de los Estados en caso de disputas entre inversores privados y estatales.
Mientras Estados Unidos ve la creación de estos tribunales como una labor de obligado cumplimiento, los sectores más escépticos europeos apuntan a que este mecanismo jurídico favorecería los intereses de los grupos de presión empresariales por encima de los de las propias naciones.
Las expectativas puestas en esta nueva ronda de negociaciones son altas ya que tanto los Estados como los inversores están convencidos de que beneficiará a la economía europea. Los líderes europeos han pedido a la Comisión que las conversaciones estén terminadas para finales de este año.
En una reunión con parlamentarios españoles la comisaria de comercio, Cecilia Malmström, aseguró que los acuerdos comerciales, en especial el TTIP «pueden ayudar a España en muchos sectores», en especial el de las renovables, automovilismo o el farmacéutico.