Apoyo francés a la presidencia española de la UE

España puede contar con Francia para conseguir que la presidencia española de la UE durante el primer semestre de 2010 sea un éxito. El secretario de Estado francés para Asuntos Europeos, Pierre Lellouche, se ha entrevistado en Madrid con su colega español, Diego López Garrido, y ha dicho que España «tendrá que dar el tono» en un periodo que va a ser histórico para Europa.

Pierre Lelouche y Diego López Garrido/Foto:eXp

La presidencia española de la UE comienza el 1 de enero de 2010 e inaugura «una nueva etapa para la UE». La esperada aprobación del Tratado de Lisboa va a provocar una serie de cambios institucionales que España tendrá que dirigir y Francia está dispuesta a cooperar en todo lo que sea necesario.

El secretario de Estado francés para Asuntos Europeos, Pierre Lellouche, se lo ha hecho saber a su colega español, Diego López Garrido, en un encuentro celebrado en Madrid. «Total disposición para ayudar a España en la presidencia de lo que será una nueva Europa, en un momento nuevo». Lellouche ha insistido en que lo que hace falta es «voluntad política para hacer funcionar las instituciones europeas» y Francia está por la labor.

Los dos Secretarios de Estado han recordado que la crisis económica empezó durante la presidencia francesa en 2008 y la superación de esa crisis tiene que concluir durante el mandato español en 2010, con un renovado impulso a la Estrategia de Lisboa, que debe implantar en Europa una nueva economía sostenible.

Francia y España conceden especial importancia al futuro Plan energético europeo, con el objetivo de potenciar las interconexiones, establecer nuevas redes energéticas y diversificar los suministradores de energía, para evitar una excesiva dependencia de Rusia y otros países del Este.

El Pacto de Emigración y Asilo que debe evaluarse durante la presidencia española y las cumbres internacionales previstas en el primer semestre de 2010 interesan especialmente a los dos países, porque deben impulsar el perseguido papel protagonista de la UE en el mundo. Lellouche y López Garrido han insistido en la necesidad de que «Europa tenga una voz única en las relaciones internacionales». Pero ninguno de los dos ha querido poner nombre a esa voz única, que tendrán el futuro presidente del Consejo Europeo y el nuevo Alto Representante para la Política Exterior, figuras previstas en el Tratado de Lisboa.

López Garrido dice que es prematuro poner cara a los cargos, pero sí exigir que sean personas «con fuerza, entidad y voluntad de hacer Europa» en una "etapa institucional ambiciosa". euroXpress