Un año más la ciudad francesa de Angulema se convierte en la cita más importante del cómic europeo y mundial. Un centenar de obras se presentan a competición en el Festival Internacional del Cómic para conseguir uno de los galardones más importantes del noveno arte. Una retrospectiva del tebeo español y sueco centrarán la 39ª edición , que cerrará sus puertas este 29 de enero.
El dibujante Art Spiegelman, nacido en Estocolmo y premio Pulitzer 1992 –el único otorgado a un autor de cómic-, es uno de los autores más emblemáticos que se pasean por los salones del Festival de Angulema. Diseñador de los dos volúmenes de «Maus» (1961 y 1991) siempre ha reconocido la influencia de los grabados de Goya, de los bocetos de varios judíos encarcelados en los campos de concentración nazis y del dibujante polaco Mieczyslaw Koscielniak, que retrataba de día a los oficiales de las SS y por la noche dibujaba el drama de sus prisioneros. Estos libros son una novela gráfica sobre el holocausto a partir de las experiencias de su padre, un superviviente de Auswitz. En Maus, los personajes tienen rasgos faciales de animales, característica que usa con fines narrativos; así, por ejemplo, los judíos son presentados como ratones, y los nazis como gatos. . Angulema muestra una retrospectiva dedicada a la obra de Spiegelman y servirá para presentar su último trabajo «MetaMaus», que ha tardado 5 años en completar.
Spiegelman no es el único que ha reflejado en su obra un acontecimiento histórico y doloroso. En el festival también se presentan grandes nombres del cómic . El ámericano Joe Sacco, autor de «Gaza 1956», Guy Delisle que explica en «Crónicas de Jerusalen» sus impresiones tras pasar un año en Israel o las series sobre «Reportajes» de India, Caucaso, Palestina o Irak,
La exposición «Tebeos: una España de viñetas» recorre los primeros pasos de la historieta en nuestro país a finales del XIX, pasando por la gran generación de humoristas del 27, las dificultades de la Guerra Civil, la posguerra y el exilio. Con la vuelta de la democracia, no sólo se renovó el género sino que volvieron a aparecer nuevos autores. En la sección «futuro del tebeo español» aparecen los nombres que están ahora en el candelero como Lola Lorente, Mireia Pérez, Santiago García o Nacho Casanova.
El éxito de este tipo de obras queda demostrado en un estudio de IPSOS, según el cual, el año pasado en Francia se vendieron unos 33 millones de volúmenes con una producción estimada de 4.600 novedades y nuevas ediciones, de las que el 34 por ciento eran manga.
Pero los cómics tampoco son ajenos a la piratería en internet. Se calcula que en Francia se piratean unos 40.000 títulos, según un estudio presentado por los responsables del festival de Angulema . Unos 10.000 están al alcance de los internautas, muchos de ellos de gran calidad. Tanto en la red como en las librerías el lector de estas obras es históricamente un coleccionistas compulsivo. Y la piratería en este sector no es un deporte solitario, está formada por centenares de equipos organizados, que escanean las obras, las traducen si es necesario y rehacen los textos a mano para volver a colgarlos en la red.