Según un comunicado del Gobierno alemán Angela Merkel «ha dejado clara su postura respecto a esas prácticas (escuchas telefónicas), que de ser ciertas, serían completamente inaceptables y las condenaría inequívocamente».
Añade la nota que «entre amigos cercanos y socios, como lo han sido Alemania y Estados Unidos durante décadas, no debería haber esa vigilancia de comunicaciones de una líder de Gobierno. Eso sería una grave violación de la confianza. Esas prácticas deberían detenerse de inmediato».
Hace cuatro meses que el presidente estadounidense, Barack Obama, dijo en Berlín en rueda de prensa junto a Angela Merkel, que Estados Unidos no espiaba a ciudadanos particulares y aseguró que las escuchas se enmarcaban dentro de la lucha antiterrorista.
Entonces, Edward Snowden, acababa de revelar la existencia del programa Prism de espionaje estadounidense en Internet.