Los mercados financieros están nerviosos por el temor de una ralentización de la economía mundial, y la UE está al borde de su tercera recesión en los últimos seis años, pero a Merkel ni se le pasa por la cabeza pensar que a lo mejor la política que ha practicado en la Eurozona podría tener algo de responsabilidad. Al contrario, ella ve éxitos.
«Los primeros éxitos demuestran que escogimos el camino correcto desde el principio», ha dicho, y ha citado a algunos países de la eurozona en los que, según ella, la productividad y las finanzas van viento en popa. Se refería, naturalmente, a Portugal, Irlanda y España y a su salida «exitosa» de sus programas de rescate.
Salida es posible, llegada no. «Lo diré una y otra vez, estamos aún lejos de nuestro objetivo», ha dicho a continuación Merkel. «La crisis no se ha superado de forma permanente y sostenible porque las causas, dada la configuración de la economía europea y de la unión monetaria y la situación de los países individuales, no se han eliminado», ha añadido.
«Tenemos que seguir presionando con determinación en nuestros esfuerzos para un crecimiento sostenido y unas finanzas públicas sólidas y la creación de puestos de trabajo», ha dicho. Seguramente era un recado a Francia e Italia que quieren más flexibilidad en el objetivo de déficit para poder crear empleo.
También le ha dejado un recado a Jean-Claude Juncker, al que ha recordado que la próxima Comisión Europea tendrá que defender estas normas en favor de la credibilidad de la UE.