Según el político andaluz, sólo caminando hacia «más Europa», pero combinándolo a la vez con un proceso descentralizador, con el impulso de una ciudadanía «exigente y responsable», y con procesos más democráticos y de rendición de cuentas, se podrá «culminar» la construcción de Europa. Gracia ha participado en la conferencia inaugural del curso «Quo vadis Europa?», que dirige esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) el expresidente del Parlamento Europeo Josep Borrell.
El presidente del Parlamento de Andalucía ha defendido el «impulso» que ha supuesto el modelo autonómico para toda España y para regiones, como Andalucía, que han sabido utilizar los fondos europeos para mejorar la cohesión y sus servicios, en vez de destinarlos a «obras faraónicas de escaso impacto real en el desarrollo económico».
Por eso, ha abogado por avanzar en el proyecto europeo, en la integración, y por hacerlo impulsando a la par un proceso descentralizador como el español, que pese a «algunos ejemplos de despilfarro y duplicidades», considera «un modelo de éxito» que debe mejorarse y no extinguirse. Para él, no se trataría de promover una descentralización mayor que la que ya existe en España, sino de garantizar un «mínimo» en toda Europa, porque la diferencia del papel de las regiones entre algunos estados es «abismal». Cree que eso no impide, a su juicio, profundizar al mismo tiempo en la integración europea y en la construcción de una Unión que no debe ser una «mera suma de realidades individuales» de los distintos estados miembros.
Desde su punto de vista, debe crearse una Europa con más unidad política, que potencie su «influencia internacional» y culmine la unión económica. Reivindica la unión política porque, -sostiene-, la «pugna» de intereses entre algunos estados lleva a la «parálisis y la ineficiencia», y lo que hace falta es un «discurso político compartido».
En su opinión, el hecho de que el presidente de la Comisión vaya a ser designado por el Parlamento Europeo tras las próximas elecciones de 2014 es «un paso adelante significativo», pero hay que ser «más audaces» en ese proceso hacia una Europa más democrática, y defiende que en ese contexto, pueden cobrar un papel más relevante las regiones.
El curso de la UIMP, se plantea el futuro de la UE en el curso «Quo Vadis Europa?», partiendo de que en 2013 se ha celebrado el cincuenta aniversario del Tratado del Eliseo que sirvió para firmar la paz y la cooperación entre Francia y Alemania. El mismo año en que Reino Unido propone celebrar un referendum sobre su permanencia en la UE y tras las revueltas del norte de África, que han puesto a prueba una política exterior y de seguridad común. Para los organizadores del curso, 2013 es un año crucial para la construcción europea, porque hay que decidir entre avanzar hacia una Unión política, mediante cesiones de soberanía supranacionales u optar por el repliegue nacionalista.