El Partido Socialista francés no va a necesitar siquiera pactar con los otros partidos de izquierda, ha obtenido por sí mismo la mayoría absoluta que le va a permitir al presidente francés, François Hollande, aplicar con toda tranquilidad su programa y hacer las reformas que Francia necesitará para rebajar su déficit público por debajo del 3% del PIB en 2013.
La jornada se ha caracterizado por una gran abstención, un 44 por ciento que batiría un récord en este tipo de elecciones.
La dirigente del Partido Socialista francés, Martine Aubry, ha agradecido a los ciudadanos la confianza y el ministro de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, ha dicho que «Esta nueva mayoría sólida y amplia nos va a permitir votar las leyes del cambio y nos confiere grandes responsabilidades en Francia y en Europa».
Responsabilidades que pondrá en marcha Hollande desde este mismo lunes en la cumbre del G-20 en México y en las posteriores reuniones que tendrá con la canciller Angela Merkel para preparar el Consejo Europeo programado para el 28 y 29 de junio.
La extrema derecha, el Frente Nacional, vuelve a la cámara baja, pero no su dirigente Marine Le Pen que no ha sido elegida en su circunscripción. Tampoco ha obtenido escaño, Ségolène Royal, excompañera de François Hollande y madre de sus cuatro hijos. Royal y la actual compañera del presidente, Valérie Trierweiler, han protagonizado un psicodrama que ha amenizado la campaña electoral. En medio de la contienda Trierweiler escribió un twit animando al contrincante de Royal, un socialista disidente que ha obtenido el 58% de los votos.