Los 33 gobernantes y altos representantes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) consiguen así, modificar a su favor los artículos clave, que establecen el marco jurídico para las inversiones extranjeras en la región, contenidos en la llamada Declaración de Santiago suscrita este domingo con los 27 estados miembros de la Unión Europea (UE). «El tema de la seguridad jurídica es la principal divergencia con la UE, y no es porque los países de la región no quieran otorgarla, pero cada uno tiene su propia mirada y proceso que está adoptando», señala la ministra de Comunicaciones de Bolivia, Amanda Dávila.
Para Dávila «los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) han expresado su opinión en torno a la soberanía y su legítima posición a adoptar sus propias políticas y que no están de acuerdo con posiciones y compromisos respecto de posiciones que vengan de otros bloques», añade. Dávila precisaó que en la declaración final de la Cumbre Celac-UE hay «un gran paso, un logro importante», porque avanza en «sentar la soberanía como lo ha hecho la región de América Latina respecto de las islas Malvinas, a Cuba y a la demanda marítima».
Dávila se refiere a la exigencia del ALBA, integrada por Venezuela, Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, Nicaragua, San Vicente y las Granadinas, para que se incluya en la relación final la soberanía de Argentina sobre el archipiélago, bajo gobierno de Gran Bretaña, el bloqueo estadounidense contra Cuba y la petición de La Paz por una salida soberana al océano Pacífico. Finalmente, la Declaración de Santiago establece la «importancia de proporcionar seguridad jurídica para los operadores económicos» y se compromete a facilitar «un ambiente de negocios favorable para los inversores».
Dávila advierte que los inversores deben actuar «reconociendo el derecho de los países de establecer regulaciones con el fin de cumplir sus objetivos de política nacional en conformidad con sus compromisos y obligaciones internacionales». En coincidencia, el director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Graziano da Silva, ha indicado que el mundo está acostumbrado «a tratar la inversión desde una dimensión privada de la voluntad de quien lo hace, suponiendo que siempre el país que recibe los capitales tiene que estar sujeto a la voluntad del otro». «Pero eso ha cambiado», afirma. El brasileño Da Silva añade que «hay que lograr un gran acuerdo sobre el tema» para garantizar que «las inversiones sean responsables y, por tanto, sean respetadas».
Según cifras oficiales, el comercio entre los países de la Celac y la UE ha registrado una expansión media anual del 13 por ciento entre 2002 y 2011, alcanzando los 276.000 millones en 2011 que se incrementó un 23,9 en 2012. En cuanto al movimiento de capitales entre las dos regiones, el Fondo Monetario Internacional indica que el stock de Inversión Extranjera Directa (IED) de la UE en la Celac ascendió a 613.000 millones de dólares en 2011, una cifra que representó el 47 por ciento de la recibida en la región y un cinco por ciento del total colocado por los miembros de la UE en el mundo.
El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, recordó en la conferencia de prensa que ese bloque sigue siendo el principal inversora en América Latina y el Caribe, a la vez que criticó la «tendencia a darle demasiada atención a incidentes o medidas específicas», en alusión a las expropiaciones que han llevado a cabo en los últimos años Argentina, Bolivia y Venezuela. A pesar del éxito impulsado por los representantes del ALBA liderado por Venezuela, la declaración final de la Cumbre de Santiago también establece un compromiso para «evitar el proteccionismo en todas sus formas», con el fin de «favorecer un sistema de comercio multilateral abierto».
En esa línea, Van Rompuy señaló que esperan «ansiosos» el acuerdo con el Mercado Común del Sur (Mercosur), integrado por Argentina, Brasil, Paraguay (suspendido), Uruguay y Venezuela. Estas negociaciones, que se encuentran estancadas desde hace años, parecen estar lejos de reactivarse tras la imposición de medidas proteccionistas por parte de Argentina y Brasil como forma de defensa ante la crisis económico-financiera que afecta al Norte industrializado, en particular a la UE. Sin embargo, Rompuy ha mostrado su optimismo de volver a la mesa de conversaciones bilaterales. En ese sentido se ha expresado la canciller alemana, Angela Merkel, que ha pedido desbloquear el acuerdo tras pedir el fin del proteccionismo.
En el marco de la Cumbre Celac-UE, que fijó la próxima edición para 2015 en Bruselas, también se han anunciado acuerdos de libre comercio entre Europa, Perú y Colombia y entre el mismo organismo regional y América Central. En esa línea, Da Silva ha destacado que un acuerdo UE-Mercosur «nos permitirá integrar más las economías, tanto la parte agrícola como la de servicios y la industrial». El secretario general de la FAO ha manifestado, además, su deseo de «progresar y superar las barreras que aún separan esa oferta de un acuerdo real y efectivo».
La Declaración de Santiago, de 14 páginas, aporta también acuerdos en más de 40 puntos, que incluyen su compromiso con el multilateralismo, respeto de los pueblos indígenas, la igualdad de género, los derechos humanos y el rechazo al terrorismo. Los gobernantes de las dos regiones se han comprometido a alcanzar «un desarrollo sostenible, económico, social y ambiental», a la vez que expresan su preocupación por la crisis económica global y «porque la recuperación sigue siendo muy lenta».
Los firmantes han rechazado «firmemente todas las medidas coercitivas de carácter unilateral con efecto extraterritorial que son contrarias al derecho internacional y las normas comúnmente aceptadas de libre comercio». En el documento final de la Cumbre de Santiago, los mandatarios señalan que este tipo de práctica representa una grave amenaza al multilateralismo. Precisan que, «en este contexto y con referencia a la resolución de la Asamblea General de la ONU, reafirmamos nuestras posiciones bien conocidas sobre la aplicación de las disposiciones extraterritoriales de la ley Helms-Burton». La referencia es la norma estadounidense que profundizó el bloqueo contra Cuba, país que asumirá la presidencia temporal de la Celac.
Para el politólogo chileno Guillermo Holzmann, si bien la Celac no ha llegado a la cumbre con una sola voz, pues existen posiciones dentro de la región que son muy divergentes, si se ha constituido en una sola organización que tiene hoy «un espacio de consolidación que es relevante». En esa línea, ha precisado que la región se robustece porque es parte de la solución para la crisis económica que atraviesa Europa, pero ya no como parte «de una sola relación de dependencia».
Leer en eXp UE-Celac sin compromiso sobre seguridad jurídica a las inversiones extranjeras