Para la comisaria de pesca, Maria Damanaki, es «una decisión histórica» que hará por una parte que los ciudadanos europeos sepan que el pescado que consumen es sostenible cualquiera que sea su procedencia. Por otra la finalidad es conseguir que esos países luchen de una manera efectiva contra la pesca ilegal.
«Espero que esta decisión de incluirlos en una lista negra incitará a Belice, Camboya y Guinea a intensificar sus esfuerzos por cooperar con la comunidad internacional para erradicar la pesca ilegal», ha dicho la comisaria.
La pesca ilegal, no declarada y no regulada (INN) es una amenaza para la explotación sostenible de los recursos marinos, destruye los hábitat, y perjudica a los pescadores y a las comunidades que viven de la pesca, dice la Comisión Europea.
La legislación de la Unión no permite el acceso a su mercado a productos de la pesca que no estén certificados y que no cumpla la normativa. Cada Estado miembro deberá controlar los productos que importe y que el buque que llega a sus puertos se ajusta a las normas, es decir, que posee las licencias y permisos en vigor, y cumple las cuotas de pesca.