Cuando los expertos ya temen que el barril de crudo pueda llegar a los 220 dólares si la crisis Libia se extiende, Rusia y la UE se enzarzan en otra polémica por la nueva reglamentación energética europea que Moscú ve discriminatoria. El primer ministro ruso, Vladimir Putin, advierte de que la aplicación de la nueva legislación de la UE provocará un aumento de precios.
En una insólita comparecencia ante los periodistas, tras una reunión en Bruselas, Putin y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, han hecho públicas sus discrepancias con un tono sorprendentemente amenazante.
El llamado tercer paquete energético, último marco legislativo aprobado en la UE, separa las actividades de producción, transporte y comercialización e impide que las redes estén en manos de compañías extranjeras. La consecuencia es que el gigante energético ruso Gazprom no puede controlar los gasoductos por los que su gas llega a la UE.
Fue una iniciativa franco-alemana, países donde radican otros dos gigantes energéticos, EDF y E.ON. El objetivo teórico es que haya un mayor número de proveedores en el mercado y así conseguir un abaratamiento de los precios, en un mercado de 500 millones de consumidores y 20 millones de compañías. Moscú, por el contrario, entiende que supone una confiscación de la propiedad para las empresas rusas y que tendrá un efecto negativo en los precios.
«¿Nosotros producimos gas y lo transportamos. Por qué debemos dejar la propiedad de nuestros gasoductos en la entrada a la UE?», se preguntó el primer ministro ruso ante los periodistas. Barroso, conciliador pero tajante, respondió que la normativa europea es compatible con las reglas de la Organización Internacional de Comercio. «Gracias al gas ruso, en muchas de nuestras fábricas y hogares no se pasa frío. Pero pagamos por ello y lo pagamos bien».
Barroso recordó que la ley europea se aplica tanto a las empresas rusas como a las noruegas y a las de la UE. Putin matizó que Rusia suministra casi el 30% de las importaciones europeas de gas.
La reunion de hoy en Bruselas entre el ejecutivo ruso y el comunitario debería haber servico para avanzar en el acuerdo marco bilateral, que debe sustituir al actual de asociación y cooperación de 1997. Sin embargo, no ha habido avances en ninguno de los capítulos que incluye: economía; libertades, seguridad y justicia; seguridad exterior e investigación científica y educación.