Tras el asesinato el Gobierno ha convocado una reunión del comité de seguridad de emergencias que solo se reúne para abordar asuntos que afectan a la seguridad nacional.
El primer ministro David Cameron, que iba a cenar en París con el presidente Hollande, ha regresado a Londres.
El episodio ha sido muy extraño, después de matar al soldado británico y con el cadáver de este tendido en el suelo, uno de los supuestos atacantes hablaba a un teléfono móvil con las manos llenas de sangre y en ellas dos armas mientras que los vecinos pasaban a su lado.